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Desde niña hay pocas cosas que me parecen tan seductoras como el fuego, su forma tan explosiva en que se muestra y el movimiento que teje con las sombras. Por alguna razón u otra, el fuego siempre ha sido un elemento cargado de significado en las distintas culturas. Aparece como muestra de poder o fortaleza, un elemento casi tan perfecto e invencible que sería más propio de los dioses que de un hombre. Sin embargo, en el caso judío aunque el fuego aparece desde su fortaleza y ardor constantemente se muestra como una figura de confianza, desde su característica de luz. … Leer más
La fiesta de Janucá, que este año comienza esta noche del 10 de diciembre (25 del mes judío de Kislev), celebra un milagro en el Templo de Jerusalén en el siglo II A.C. luego la derrota de los griegos que ocupaban Judea a manos de un grupo de judíos conocidos como los Macabeos.
Según la tradición judía, al momento de la rededicación había aceite para mantener encendida la menorá, el candelabro de siete brazos del templo, apenas un día. Milagrosamente, el aceite duró ocho días.
Al año siguiente los rabinos declararon que el milagro debía celebrarse de forma anual anualmente.
Diciembre es un mes mágico en el hemisferio norte. La entrada del invierno va acompañada de relatos fabulosos, como el nacimiento de Jesús en un establo en Belén o la reconquista del Templo para el judaísmo tras su profanación por los antiguos griegos.
Si la historia navideña cristiana se completa con la llegada de unos reyes magos de Oriente, la judía de Januca (que suele coincidir aproximadamente en el calendario) nos habla de un hecho inexplicable según la lógica normal. Sólo quedaba en el Templo una ración de aceite ritualmente puro para mantener encendido su candelabro y se tardaría una semana en completar el proceso de nuevo combustible apto.… Leer más