De la «revolución azul» a los desiertos, métodos para resolver necesidades

Por ello es necesario buscar alternativas que van desde el control y la cría sostenible de especies piscícolas, el aprovechamiento de las algas como elemento de gran valor nutritivo o la utilización del desierto como medio facilitador de recursos.

Estos fueron los temas analizados hoy en la segunda jornada de la I Cumbre Internacional sobre Alimentación del Mar y el Desierto que se celebra en la ciudad meridional israelí de Eilat y en la que diversos expertos e investigadores subrayaron la necesidad cada vez más apremiante de proveerse de recursos alimenticios más ricos en cuanto a poder nutricional y al mismo tiempo retocados o manejados con técnicas que permitan satisfacer la demanda sin problemas.

LA «REVOLUCIÓN AZUL», UNA PROPUESTA PARA SOLUCIONAR CARENCIAS

El término va vinculado a la denominada «economía azul», aquella basada en el aprovechamiento razonable y sostenible de los recursos marinos y fluviales a fin de proporcionar una vía segura y constante para la alimentación humana. Para ello, los expertos consideran cada vez más necesario el empleo de técnicas de acuicultura sostenible, sobre todo en especies de gran demanda como el atún o el salmón y otras menos conocidas para cada vez más solicitadas como la perca o la tilapia.

La idea es criar estas especies en cautividad y en un entorno favorable, de tal modo que, por un lado, no se produzca una sobreexplotación de los caladeros naturales, lo que las llevaría al borde de la extinción, y, por otro se puedan introducir en el proceso de crianza elementos que permitan obtener ejemplares más grandes, con mayor masa cárnica y en condiciones prácticamente plenas de salubridad.

«Actualmente, se consume más pescado que carne, la demanda es creciente en este sentido, por lo que es necesario fomentar la acuicultura, cuya producción debería duplicarse para 2040, teniendo en cuenta que actualmente es de 123 millones de toneladas anuales, según datos de 2020», indicó el profesor Yonathan Zohar, de la Universidad estadounidense de Maryland

Zohar señaló que las especies criadas en cautividad, sobre todo el salmón y el atún, son estériles, se les ha hecho así de manera inducida, ya que, al haber sido manipulados genéticamente, no conviene que puedan procrear con otros individuos en estado salvaje, en caso de que algunos ejemplares lograran escapar del cautiverio.

Se trata de mejorar las condiciones de vida animal, sin daños en el medio natural y asimismo de incrementar el valor de alimentos y productos con el fin de lograr «sostenibilidad económica y tecnológica», mediante la inversión en genética y en métodos de crecimiento cada vez más avanzados», sostuvo el investigador Flavio Corsin.

La necesidad de la acuicultura la resumió muy gráficamente el investigador y oceanógrafo israelí Amir Bitan, quien subrayó que la frase «‘el pez grande se come al chico’ es difícilmente sostenible actualmente» porque el número de individuos salvajes no es suficiente para atender las necesidades de la población.

LAS ALGAS COMO ELEMENTO CLAVE DE LA «REVOLUCIÓN AZUL»

Si la demanda de alimentos es creciente, la naturaleza por si misma no es capaz de atenderla. De hecho, como explicó el investigador israelí Nissim Chem «usamos la naturaleza 1,8 veces más rápido de lo que ella es capaz de regenerarse». Por lo tanto se impone ayudarla, ya sea con la acuicultura o con el empleo de otros recursos como, por ejemplo, las algas.

Cada vez es mayor la demanda de algas y sobre todo la necesidad de adaptarlas al consumo humano generalizado, tanto por la gran cantidad de especies existentes, como por la relativa facilidad con que pueden criarse en un medio artificial, lo cual es mucho más recomendable y seguro porque, por un lado se evita esquilmar el medio natural, y por otro, se previene que lleguen al consumidor aquellas que puedan contener sustancias tóxicas, como pesticidas, metales pesados, elementos contaminantes, etc, presentes en el medio fluvial o marino.

EL DESIERTO, UN ELEMENTO PARA ACELERAR LA TRANSFORMACIÓN AGROALIMENTARIA

Muchos países están ubicados en un medio árido, un desierto, lo cual les genera graves problemas para alimentar a su población, sobre todo en aquellos en desarrollo. Por ello, es necesario modernizar las técnicas de explotación agraria y establecer sinergias entre países vecinos con entornos similares para obtener un beneficio común, argumentó el economista del Banco Mundial (BM) especializado en el sector agrario Tobías Baedeker.

El experto del BM citó los casos de Marruecos y Jordania, donde se están poniendo en marcha programas de política integral agrícola, que en el primer caso ya han reportado beneficios concretos, con un crecimiento del 5 % anual y un incremento notable de las exportaciones, tanto a Estados Unidos como a Europa.

Baedeker hizo hincapié en la necesidad de la cooperación entre países, y se refirió en concreto a los de la región MENA (Oriente Medio y Norte de África), que comparten muchas características climáticas y orográficas, lo que les podría permitir trabajar juntos con criterios similares. EFE

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