Un nuevo estudio de la Universidad de Tel Aviv y la Universidad de Haifa ofrece una solución original al reto biológico que plantea el funcionamiento de las turbinas eólicas y ayuda a prevenir los daños causados a los animales voladores, en particular a los murciélagos. Según los investigadores, cada año las turbinas eólicas de todo el mundo matan a millones de murciélagos y otros animales que vuelan hacia las aspas de las turbinas.
El nuevo desarrollo de los investigadores es una tecnología única montada en drones que transmite una combinación de señales ultrasónicas y luces. Esto disuade a los murciélagos y los lleva a volar a mayor altitud, fuera de la zona de peligro, permitiendo así que las turbinas sigan funcionando de forma eficiente y continua.
El estudio se realizó bajo la dirección del estudiante de doctorado Yuval Werber, del Departamento de Biología Evolutiva y Medioambiental de la Universidad de Haifa, y sus dos supervisores, el profesor Yossi Yovel, director de la Escuela Sagol de Neurociencia de la Universidad de Tel Aviv y miembro del profesorado de la Escuela de Zoología, y el profesor Nir Sapir, director del Departamento de Biología Evolutiva y Medioambiental de la Universidad de Haifa, y en colaboración con la empresa WinGo Energy y el empresario Gadi Hareli. El artículo se publicó en la revista Remote Sensing in Ecology and Conservation. El estudio se financió con una beca de investigación del Ministerio de Energía israelí.
El profesor Yovel explicó: «Los aerogeneradores se consideran una tecnología prometedora en el campo de las energías renovables, pero su funcionamiento conlleva diversos retos biológicos. En la actualidad, la única solución para evitar la muerte de murciélagos consiste en interrumpir la actividad de las turbinas en los momentos en que se prevé que los murciélagos estén especialmente activos. Pero esas interrupciones reducen la eficacia de las turbinas y la cantidad de energía que pueden producir. La ventaja del dron es que está en constante movimiento y transmite una combinación de señales visuales y acústicas diseñadas específicamente para los murciélagos, advirtiéndoles del peligro. Cuando las señales son fijas y constantes, los animales tienden a acostumbrarse a ellas y acaban por ignorarlas».
Al respecto, Yuval Werber dijo: «El estudio, que forma parte de mi tesis doctoral, se realizó en el valle de Hula, una zona con mucha actividad de murciélagos. Operamos el dron a una altura de 100 metros -la altura media del centro de una turbina eólica- y en movimiento a lo largo de una trayectoria de unos 100 metros, de un lado a otro. Para seguir la actividad de los murciélagos, utilizamos un RADAR situado en el suelo, que permitía el seguimiento a una altura de 100 metros o más, y añadimos un dispositivo LIDAR -una herramienta basada en láser que se utiliza para detectar objetos a corta distancia, principalmente en la industria del automóvil- para el seguimiento a una altura inferior».
Y añadió: «Al mismo tiempo, hicimos grabaciones acústicas de los murciélagos en vuelo, utilizando receptores colocados a tres alturas distintas: un metro, 150 metros y 300 metros. Utilizamos un dirigible para elevar los receptores. Es importante destacar que nuestro estudio fue el primero del mundo en combinar estas tecnologías (RADAR, LIDAR y grabadoras acústicas de gran altitud) para seguir a los murciélagos».
Utilizando diversos métodos de seguimiento, los investigadores compararon la actividad normal de los murciélagos con su actividad en presencia del dron portador del dispositivo disuasorio. Los resultados fueron inequívocos: el dispositivo consiguió mantener alejados a los murciélagos. Con la presencia del dron, la actividad de los murciélagos debajo de él disminuyó en torno a un 40 por ciento, a una distancia de hasta unos 400 metros. En cambio, su actividad aumentó por encima de los 100 metros de altura del dron, hasta los 800 metros.
«Parece que el dispositivo es eficaz para repeler a los murciélagos de su entorno inmediato: los murciélagos perciben las señales visuales y ultrasónicas que emite y optan por sobrevolarlo, como esperábamos», afirmó el profesor Yovel. «Nuestra hipótesis es que si el dispositivo se activa cerca de una turbina, hará que los murciélagos vuelen por encima de ella y se alejen del peligro. Se trata de una solución eficaz y fácil de poner en práctica, a un precio razonable, con grandes beneficios para todas las partes: por un lado, evita la muerte de murciélagos y, por otro, permite el funcionamiento de la turbina y la producción de energía verde de forma segura, continua y eficiente. Tenemos intención de realizar un experimento de seguimiento en un emplazamiento de turbinas eólicas, para comprobar la eficacia del dispositivo en estas condiciones».
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