El oxígeno al dormir alivia la depresión de 1 de cada 3 pacientes – Estudio israelí

Respirar altas tasas de oxígeno mientras se duerme puede reducir significativamente la depresión, según sugiere un estudio preliminar israelí.

Investigadores de la Facultad de Ciencias de la Salud de la Universidad Ben Gurion reclutaron a 55 adultos deprimidos y les hicieron respirar por tubos especiales mientras dormían, cada noche durante un mes. Alrededor de la mitad recibió aire normal, que contiene un 21% de oxígeno, mientras que los demás recibieron aire con un 35% de contenido de oxígeno.

“Entre los pacientes del grupo de control, muy pocos lograron siquiera una mínima mejora de los síntomas de la depresión, pero en el otro grupo, entre el 30% y el 40% lograron mejoras notables”, declaró a The Times of Israel el Dr. Abed N. Azab, investigador principal del estudio revisado por expertos.

Al comienzo del experimento, de un mes de duración, los participantes tenían una media de 15 en la Escala de Calificación de la Depresión de Hamilton, clasificada como depresión moderada. Las puntuaciones del grupo de control apenas cambiaron durante el experimento, pero la puntuación media de los que recibieron oxígeno descendió de forma constante, terminando en torno a 10, lo que refleja un salto de depresión moderada a leve.

Azab subrayó que su investigación se centró en el oxígeno normal, que se obtiene de forma fácil y barata pero que no se ha explorado ampliamente para la depresión, a diferencia de las cámaras especiales de oxígeno hiperbárico, que son caras y escasas. “Se sabe que el oxígeno es muy seguro y, además, es asequible”, dijo.

Dijo que los síntomas se evaluaron con criterios estándar utilizados por psicólogos y psiquiatras, incluida la escala de Hamilton basada en un cuestionario.

Los participantes en el experimento, todos ellos diagnosticados de depresión, tenían botes y tubos especiales instalados en sus dormitorios para usarlos por la noche. El estudio fue doblemente ciego para tener en cuenta el efecto placebo.

“Dividimos aleatoriamente a los participantes entre los que recibieron aire enriquecido con oxígeno y los que recibieron aire normal”, explicó Azab. “Ni los participantes ni el investigador sobre el terreno sabían quién recibía qué, y recibieron el tratamiento durante siete u ocho horas por noche en sus casas durante un mes.

Vimos una clara diferencia entre los que recibieron aire normal y los que recibieron el oxígeno. Entre los que recibieron oxígeno, incluso hubo personas que pidieron al final del estudio que se quedaran con las máquinas en casa porque les ayudaban, algo que no vimos en el grupo de control”, dijo.

Azab dijo que su equipo no sabe cómo influye el oxígeno en los síntomas de la depresión, pero espera responder a esa pregunta mediante más investigaciones, y también está planeando un estudio a mayor escala para seguir explorando el potencial del oxígeno.

“Este fue un estudio pequeño, pero espero que podamos replicar estos resultados en una muestra mayor”, añadió. “Si esto se convierte en una intervención rutinaria, podría ser una forma económica de tratar la depresión e incluso -dado que algunas personas deprimidas se suicidan- salvar vidas”.

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