“¡Hebreo, habla hebreo!”, Eliezer Ben-Yehuda

Nacido Eliezer Yitzhak Perelman en Luzhki, actual provincia de Vítebsk, Bielorrusia, entonces del Imperio ruso, el 7 de enero de 1858.

A lo largo de su vida, su lema fue “¡hebreo, habla hebreo!”

Estampilla israelí de 1959, dedicada a Eliezer Ben Yehuda, padre del idioma hebreo moderno. Foto: Wikipedia – Dominio Público

Empezó a estudiar hebreo y la Torá a los tres años de edad, como muchos niños judíos de Europa del Este. A los doce años de edad ya llevaba nueve años estudiando en hebreo y había leído la mayor parte de la Torá, el Mishná (primera gran colección escrita de las tradiciones orales judías conocida como la Torá oral. También es la primera obra importante de la literatura rabínica) y el Talmud (obra que recoge principalmente las discusiones rabínicas sobre leyes judías, tradiciones, costumbres, narraciones y dichos, parábolas, historias y leyendas. Es un inmenso código civil y religioso, elaborado entre el siglo III y el V por eruditos hebreos de Babilonia y la Tierra de Israel)​, lo que le hacía estar bastante familiarizado con el hebreo bíblico y el hebreo talmúdico. Sus padres esperaban que se convirtiese en rabino y le mandaron con ese fin a una ieshivá (Centro de estudios de la Torá y del Talmud generalmente dirigida a varones en el judaísmo ortodoxo) cercana. Allí continuó estudiando hebreo antiguo y estuvo expuesto al hebreo moderno de la Haskalá (movimiento que se desarrolló en la comunidad judía europea a fines del siglo XVIII y a lo largo del siglo XIX, lo que incluía obras laicas). Más tarde aprendió francés, alemán y ruso. Luego fue enviado a Daugavpils para continuar su educación. Allí tendría acceso al diario en lengua hebrea Ha-Shahar, del que aprendió sobre el sionismo y le llevó a concluir que la resurrección de la lengua hebrea en Israel podría proteger y unir a la diáspora judía de la asimilación.

Tras graduarse se mudó a París para estudiar en la Universidad de París. Entre las asignaturas estudiadas se encontraba la historia y política de Oriente Medio, pero la que le influyó más profundamente fue la de hebreo. En esta asignatura las clases se daban en hebreo. El ver la lengua empleada de forma oral le convenció de que la resurrección de la lengua era práctico y necesario. Se trasladó a Argel, donde entró en contacto con los judíos de Argelia. Allí alcanzó mucha práctica en el uso del hebreo en contextos no religiosos.

Mientras estuvo en París y en Argel, publicó muchos artículos en la prensa en hebreo. Intentó convencer a la gente de que era práctico revitalizar el hebreo y volverlo a emplear como lengua hablada y que un renacimiento hebreo en Palestina impediría que la juventud judía desertara del judaísmo. A pesar de no recibir un apoyo unánime, decidió viajar a Palestina y tratar de resucitar la lengua.

En 1881 emigró a Palestina, entonces una provincia del Imperio otomano. Motivado por las ideas de renovación y por el rechazo al estilo de vida de la diáspora, Ben-Yehuda se puso a trabajar en una nueva lengua que pudiese reemplazar al idish y otros dialectos regionales como medio de comunicación habitual entre los judíos.

Ben-Yehuda crio a su hijo, Ben-Zion Ben-Yehuda (su nombre significa “hijo de Sion”), íntegramente en hebreo. Rechazó exponerlo a otras lenguas durante su niñez. Ben-Zion fue el primer hablante nativo de hebreo moderno. Su autobiografía, escrita bajo el seudónimo de Itamar Ben-Avi (“Itamar, hijo de Avi” es una abreviatura creada a partir de las primeras tres letras del nombre Eliezer Ben Yehuda en hebreo), se sigue leyendo habitualmente en Israel.

Mientras que al principio muchos consideraron su trabajo utópico, la necesidad de contar con una lengua común obtuvo el apoyo de muchos. En 1884 empezó a publicar El ciervo, un periódico en hebreo que abogaba por el Sionismo. Se fundó el Comité de la Lengua Hebrea, que más tarde pasaría a ser la Academia del Idioma Hebreo. Los resultados de su obra y del Comité fueron publicados en un diccionario (El diccionario completo del hebreo antiguo y moderno).

El trabajo de Ben-Yehuda fue sembrado en un suelo fértil, pues al principio del siglo XX el hebreo había avanzado un gran camino hacia convertirse en la lengua principal de la población judía en Palestina durante el Gobierno británico de Palestina y la posterior fundación del Estado de Israel.

Falleció en Jerusalén el 16 de diciembre de 1922 y está enterrado en el Cementerio judío del Monte de los Olivos.

Recuperación del idioma hebreo

El restablecimiento de la lengua hebrea fue un proceso que tuvo lugar en Europa e Israel a finales del siglo XIX y durante el siglo XX, a lo largo del cual la lengua hebrea cambió de su posición como lengua únicamente litúrgica, a ser una lengua escrita y hablada de status oficial en el Estado de Israel. No puramente un proceso lingüístico, el restablecimiento del hebreo se integra en la ola de cambios que envolvió al levantamiento del sionismo y el establecimiento del Estado de Israel, el único estado judío del mundo, en 1948.

El proceso de retorno al uso regular es único; no hay otros ejemplos de una lengua sin hablantes nativos que se haya convertido en lengua nacional de millones de hablantes nativos.

El restablecimiento también trajo con él cambios en la lengua. A pesar de que los líderes del proceso insistieron en que sólo estaban continuando “desde el lugar donde [el hebreo] se quedó sin vitalidad”, ellos, de hecho, crearon una nueva situación para la lengua, cuyas características se derivan de todos los periodos del hebreo y también de lenguas europeas, de las cuales predominó el idish. La actual situación de la lengua es el hebreo moderno o hebreo israelí en la actualidad.

Fuente: Wikipedia

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