La batalla de Yaacov. Reflexión.

Dr. Natalio Diatch

El ángel de Esav.

Nuestros sabios afirman que esta lucha que se dio en el silencio de la noche, fue entre Yaacob y el ángel que representa a la fuerza espiritual que rige el destino en este caso la vida de Esav y la civilización que el hermano del patriarca habría de construir.

No cabe duda, que la lucha de todo hombre, antes de ser física, se plasma en otro plano que la precede. Entiéndase un plano psicológico o espiritual, donde confrontan ideas, y la cosmovisión que tiene cada persona sobre el vivir y sobre su conducta y la mejor manera de conducirse (en ciertos momentos) por los tormentosos mares de la existencia humana.

Para concluir este primer bloque, siempre pienso que en el silencio de la noche, cuando se apagan la mayoría de las luces o estimulos externos, es cuando muchas personas, logramos obtener cierto espacio para meditar y reflexionar (y cuestionarnos) sobre nuestro presente y también sobre situaciones del pasado que parecían olvidadas.

Soy un convencido, que el nieto de Abraham se ha visto invadido por cierto tipo de duda, acerca, de sus propios méritos y el mérito que podría tener su belicoso hermano, entendiendo que en la vida no hay solo blanco y negro, ya que existen los grises, y entonces el bueno tiene falencias, y el malvado tiene ciertas zonas rescatables que podrían sumarle puntos cuando la confrontación dejara de ser lo que hoy llamaríamos “virtual” para pasar a ser “presencial”.

Consciencia y conciencia.

Con la ayuda del diccionario y de la computadora, y con el objetivo de poder adentrarme en el tópico que estoy abordando, considero necesario intentar explicar consciencia y conciencia.

En primer lugar consciencia se define como la capacidad del ser humano de percibir la realidad y reconocerse en ella. Mientras  que conciencia es el conocimiento mismo de lo que esta bien y de lo que esta mal, en base al conocimiento de sí mismo y de su capacidad para actuar sobre su entorno.

El pago, los méritos, y el saldo.

Yaacov, como he dicho, duda, ya que Hashem ha sido muy bueno con él. Piensa, y recuerda que cuando fue a lo de Laban solo tenía su vara, y ahora de regreso, era un hombre rico con mujeres e hijos y animales. Un hombre completo espiritual y materialmente. Y entonces, vuelve a reflexionar, si el pago recibido por sus méritos no le han restado crédito frente al Todopoderoso. Yaacov reconoce que la realidad no es lineal, sino fluctuante y cambiante. Y hoy nos preguntaríamos si nuestra tarjeta tiene saldo, o si todavía hay dinero en nuestra cuenta bancaria.

El soldado y el Sefer Torá.

En la guerra de Iom Kipur en 1973, Israel fue tomado por sorpresa por sus enemigos, y las primeras noticias y partes de guerra no eran nada alentadoras. Luego, gracias al sacrificio de más de 3000 soldados y de Hashem, el pequeño país pudo dar vuelta el resultado.

No puedo olvidar, yo tenía 13 años, en un corto tomado por los Sirios, al comienzo de las hostilidades, al tomar prisioneros, se ve a un soldado judío, él solo, cargando en sus manos un Sefer Torá, y caminando ambos hacia un destino incierto.

El hombre y D’os. Final.

No cabe duda, que la confrontación final es entre el hombre y D’os. Es el juicio final, y también hay un juicio terrenal y existencial, que nos anima y nos impulsa para contender con nuestros desafíos externos, cuando tenemos que lidiar con nuestros semejantes (de ocasión) o combatir como en el caso de El Quijote de la Mancha, y pelear contra “los molinos de viento”.

El hombre nace solo, y también se va solo. Y se ve claramente que tiene un espacio íntimo, donde sus pensamientos pueden hablar con el Creador de todas las cosas, en ciertos momentos y muy especialmente en ciertos lugares.

Para concluir, el hombre debe salir fortalecido de cada situación, aunque también como Yaacov, un poco lastimado en su cadera y en el nervio ciático. Ha quedado una impronta en el cuerpo físico, un grabado en la memoria del cuerpo, que de tanto en tanto recuerda a nuestra alma que todo aprendizaje y superación tiene un costo y exíge mayor esfuerzo y compromiso en nuestra conducta terrenal. O podríamos afirmar en el presente: “pago de peaje”.

Y en este final, me permito adicionar, que si la Torá es enseñanza, debemos ser sensibles si nuestro prójimo se encuentra en problemas, Yaacov tuvo que luchar solo, y muchos de nosotros también enfrentamos a diario dificultades y problemas, y en ocasiones nos sentimos igual que el tercer Patriarca. Solos de toda soledad. Nuestros semejantes y hermanos en la fe hacen la vista gorda. Aquí también hay un problema, y seguramente será la excusa o el motivo de que todo el enorme galut o diáspora se extienda y que Esav pueda prevalecer ante Yaacov. Cuando Yaacov ve sufrir a su hermano y no se comporta como Israel (un nivel espiritual más elevado), pierde puntos, primero en esta contienda metafísica y luego en el plano fisíco y mundano.

Si los hermanos no nos ayudamos los unos a los otros, entonces prevalece Edom y por enganche también Ishmael. Las nefastas consecuencias de esto ya lo hemos visto en terribles persecuciones y matanzas y toda clase de desgracias a lo largo de nuestra historia.

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