La Ecuación 56, de la Mecánica Cuántica a la Geopolítica.-

Recientemente, el Secretario General de la ONU, Antonio Guterres, declaró: “sólo nos separa del Apocalipsis un error, un malentendido o un fallo de cálculo,…la Humanidad juega con un arma cargada…”, la realizó cuando se hizo el recordatorio en la ciudad de Hiroshima, los 77 años de la primera utilización bélica de un arma nuclear, pero sus palabras son significativas en un marco global signado por un retorno a la carrera por armas nucleares y por un cada vez más delicado equilibrio en el campo de la Seguridad Internacional en razón a conflictos activos.

La advertencia del Secretario General no es una mera especulación, pues ese período que siguió al fin de la Guerra Fría, que se caracterizó por una reducción de los arsenales nucleares, ha terminado, algo que ha quedado demostrado, con la modernización de dichos arsenales, más allá de haberse registrado una disminución del número de armas de este tipo el año pasado, en los nueve países capaces de utilizar las mismas, me refiero a, EE.UU., RUSIA, CHINA, FRANCIA, REINO UNIDO, ISRAEL, INDIA, PAKISTÁN Y COREA DEL NORTE.

Durante la Guerra Fría, el gran Raymond Aron, acunó la frase “el Equilibrio del Terror”, para describir el delicado escenario de la confrontación bipolar, que albergaba la terrible posibilidad de la “Mutua Destrucción Asegurada”, lo que llevó a las dos superpotencias, EE.UU. y la ex URSS, a resolver su puja por la hegemonía global a través de terceros actores, fuesen estatales o no, en conflictos de baja o media intensidad, donde el uso de armas de destrucción masiva, en particular nucleares, era algo impensable, sin olvidar que en aquellos tiempos, el punto más álgido en la confrontación entre ambas superpotencias, fue sin duda la Crisis de los Misiles de Cuba en 1962, que pareció poner al mundo al borde de la Tercera Guerra Mundial y Nuclear.

Superada la crisis señalada, la misma dio lugar a la firma de una serie Acuerdos de reducción o limitación o prohibición de armas nucleares, como el reciente TPNW firmado en enero del año 2021, o la extensión por 5 años del NEW START, sobre reducción de armas estratégicas firmado por los EE.UU. y RUSIA, o bien la Declaración Conjunta firmada por los cinco miembros permanentes del Consejo de Seguridad de la ONU, que son potencias nucleares, reafirmando el compromiso con la NO proliferación, el desarme y el control de armas nucleares, que queda plasmado en la citada Declaración con la leyenda, “…que una guerra nuclear no se puede ganar y nunca se debe librar…”.

Pero desde entonces, las relaciones entre las grandes potencias se han deteriorado, es por eso que la conversaciones del NEW START han sido suspendidas, a lo que debe sumarse, que ahora las cinco potencias, que repito, son miembros permanentes del Consejo de Seguridad, reniegan del TPNW, y ven a las armas nucleares como parte de su estrategia militar, tal como lo expresó el presidente ruso Vladimir Putin al decir, que un ataque nuclear es una estrategia viable.

Asimismo, según el Instituto Internacional de Investigación para la Paz, que opera en Estocolmo y es financiado por el gobierno sueco, en su Informe del 1er semestre del corriente año, señala que el arsenal nuclear global es de 12.705 cabezas nucleares, de las cuales, 9440 están preparadas para su uso inmediato, 2000 de las cuales están en alerta operativa, asimismo, el 90% de las armas nucleares las poseen los EE.UU. y RUSIA, y la disminución experimentada en el 2021, se debe en general, a que fueron descartadas por obsolescencia, pero también, los Estados con este tipo de arsenal, están mejorando tecnológicamente los mismos, y si bien las armas nucleares de los EE.UU. y RUSIA, en cuanto a la cantidad, están dentro de los parámetros fijados en el citado Acuerdo NEW START, en referencia a armas estratégicas, es decir de largo alcance, el mencionado tratado no tiene en contempla las armas tácticas o no estratégicas, es decir, de corto alcance.

Por su parte, el REINO UNIDO ha decidido aumentar su arsenal nuclear y no hacer pública la información sobre el mismo, mientras que FRANCIA está desarrollando la 3ra generación de misiles balísticos submarinos, y finalmente CHINA, según imágenes satelitales ha habilitado 300 nuevos silos para misiles, lo que sugiere, pese al hermetismo característico de Beijing, que en el último año ha aumentado sustancialmente su arsenal nuclear y también las plataformas de lanzamiento móviles.

Ahora bien, con respecto a los restantes cuatro países con capacidad nuclear militar, INDIA y PAKISTÁN han incrementado sus respectivos arsenales y creado nuevos sistemas de lanzamiento, ISRAEL está modernizando su arsenal nuclear, y COREA DEL NORTE, si bien hasta el presente cuenta con 20 misiles estratégicos con cabeza nuclear, tiene el material necesario para llegar a un total de al menos 50, pero a este “selecto club nuclear”, hay otro Estado que quiere obtener su membresía, la REPÚBLICA ISLÁMICA DE IRÁN, que tal como se ha reseñado en otras columnas, ya posee la cantidad necesaria de Uranio enriquecido para hacerse de su propia arma nuclear, información que no sólo ha sido confirmada por distintos servicios de inteligencia o por la AIEA, sino también por el propio régimen de Teherán, lo que sugiere preguntas tales como, ¿tienen sentido la reanudación de las conversaciones entre Irán y las cinco potencias miembros permanentes del Consejo de Seguridad más Alemania, para reflotar el Acuerdo del 2015? o acaso, ¿ las conversaciones se desarrollan ahora, dando como un hecho consumado a un Irán con capacidad nuclear militar?.

Así las cosas, muchos consideramos que estamos transitando los primeros paso de una 2da Guerra Fría o Guerra Fría 2.0, lo que me recuerda la obra de Robert Kagan, “El retorno de la Historia y el fin de los sueños”, en el que el autor hace alusión a que el mundo se ha vuelto otra vez “normal”, apuntando a que geopolíticamente, las principales potencias evalúan dirimir sus rivalidades, apoyadas en el poder militar y tecnológico, y de esta manera, entonces volverá a tener un peso decisivo la Disuasión, para evitar una 3ra Guerra Mundial.

Es evidente, que si estamos de acuerdo en que asistimos a una nueva Guerra Fría, eso implica que hay una reconfiguración geopolítica a nivel planetario, producto de divergencias y convergencias de las visiones estratégicas de los principales actores estatales, que se manifiestan en la agudización de crisis o en la escalada o reavivación de conflictos, y esto, ha quedado reflejado en distintos foros internacionales celebrados recientemente, como lo han sido, las Cumbres de los BRICs, de la U.E. y de la OTAN, o bien en la reunión del G7, en los que se puede apreciar, por ejemplo, que un bloque reactiva la visión de la antinomia NORTE/ SUR e incluso una nueva NO Alineación, y esta liderado por CHINA y RUSIA, mientras el otro bloque, asume una posición en contra del eje Beijing-Moscú, con una OTAN que expande sus objetivos más allá de Europa y el Atlántico Norte con la participación de países de la cuenca INDO-PACIFICO a través un nuevo concepto estratégico que categoriza a RUSIA como amenaza concreta y a CHINA como el adversario sistémico, intentando así corregir la ingenuidad estratégica fundada sólo en una visión simplista económica y globalista.

Finalizando la columna de hoy, los conflictos activos y convencionales como la guerra entre UCRANIA y RUSIA, o aquellos frisados o no resueltos como el de ARMENIA y AZERBAIYAN, o los llamados Subsidiados, como el que protagonizan la REPUBLICA ISLÁMICA DE IRÁN tanto con ISRAEL como con el REINO DE ARABIA SAUDITA, o la actual y peligrosa escalada entre CHINA y TAIWÁN, sin olvidar las tensiones que originan los modelos Populistas, que deterioran las democracias y que son piezas funcionales en el choque de los bloques señalados, y a lo que podríamos agregar, la creciente crisis alimentaria y energética, la depredación de los recursos naturales en detrimento de la protección ambiental y climática, nos termina dando una visión de una reconfiguración geopolítica, a nivel global, con una marcada y preocupante Incertidumbre, por todo esto, me recuerda al científico alemán Werner Heisenberg y su Ecuación 56, más conocida como, el Principio de Incertidumbre, que revolucionó la Mecánica Cuántica, pero que bien podría aplicarse hoy para la Geopolítica, por eso evoco esta frase de aquel notable físico,“…nadie sabe nada, vivimos en una incertidumbre permanente…”.-

 

Luis Fuensalida.