La estudiante de diseño en la UBA cumplió su curso de concientización sobre el Holocausto por presentar un proyecto con una esvástica

En noviembre del año pasado, una joven estudiante de diseño de la Universidad de Buenos Aires presentó un proyecto que incluía una aspiradora con una esvástica del lado exterior. Y por ello, las autoridades de la facultad la pusieron en contacto con el Centro Simon Wiesenthal para realizar un curso preventivo e intensivo sobre la definición de antisemitismo, el Holocausto y el nazismo.

Radio Jai dialogó con Ariel Gelblung, director del Centro Wiesenthal para América Latina, quien detalló la situación y el curso que le brindaron a la joven para nutrirla de información y concientizar sobre lo sucedido.

“Pocos días antes de haber pasado esto, la Universidad de Buenos Aires había adoptado la definición de antisemitismo y cuando esto pasó sus compañeros comenzaron a hacer las denuncias en redes sociales y en la propia facultad”.  “Se resolvió que ella tuviese que desarrollar una serie de horas de capacitación con nosotros en el Centro Wiesenthal”.

“Era una joven que estaba armando su aspiradora y una amiga le dijo que parecía un cañón, y para reforzar la idea de un cañón de guerra le agregó la esvástica”.

En el Centro Wiesenthal le brindaron una serie de explicaciones sobre que la esvástica no es un símbolo de guerra. También, le ofrecieron lecturas para saber de la época de la que estaban hablando y todo lo relacionado a esa etapa oscura de la humanidad. “Le dimos un espacio para poder charlar cosas que ella seguramente no sabía porque a lo largo de su vida nunca había tenido la posibilidad de compartir la vida común con gente de origen judío”, señaló el director.

“Hicimos una visita con ella y con sus amigas al Museo del Holocausto, quien nos brindó un guía particular solo para nosotros cinco”. Además, una psicóloga los acompañaba para que sea una referencia para la joven. “Hicimos un trabajo de 3 meses en el que ella pedía material de lectura y agradecía la oportunidad de poder aprender y no recibir un castigo por algo que no hizo con intenciones de hacerle doler a nadie”, aseguró Gelblung.

Cumplido el tiempo del curso intensivo, la estudiante le escribió una carta a la facultad explicándole que había aprovechado el tiempo para poder concientizar sobre lo que hizo. “Esto cierra este expediente para con ella y abre dos cosas: primero, que esta misma posibilidad que tuvo ella poder hacerla sin necesidad de esperar que esto pase en forma optativa para alumnos de la facultad y, por otro lado, trabajar con los docentes, porque el docente de la joven no tuvo reflejos para actuar en el momento”, afirmó.

Cuando el hecho se hizo público, la joven recibió un fuerte repudio por parte de la comunidad judía, y hasta la tildaron de antisemita. Sin embargo, según explicó Gelblung, esto no es así porque carecía de información y no tuvo ninguna intención de provocar a alguien.

En las escuelas secundarias y primarias de todo el país hubo modificaciones del programa escolar que incluían todo lo referido al Holocausto, y por eso es llamativo el desconocimiento casi total de la estudiante sobre el tema. “Así como para nosotros es importantísimo, para alguien que no es su mundo puede ser lo mismo que el teorema de Pitágoras”, argumentó.  “En algunas cosas no tenemos que ser tan determinantes, sobre todo si tiene reparación”.

Distinto hubiese sido si la persona que hubiese cometido tal acto, fuese antisemita. “Hay personas que pertenecían a grupos neonazis declarados en Estados Unidos que hoy han hecho un cambio en su vida y son personas que salen con mi colega de Chicago a recorrer escuelas y contar lo que había sido cuando él estaba dentro de ese círculo”, manifestó Gelblung. “Hay gente que es muy difícil y no tenés dónde trabajar”.

Por GS/RJ

Reproducción autorizada por Radio Jai citando la fuente

 

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