Los monitores sanitarios informaron de más de 2.800 nuevas infecciones el domingo, frente a una media diaria de 500 en la semana anterior y 275 la semana anterior.
“Podemos esperar que sea probable una mayor transmisibilidad, por lo que vamos a tener más casos rápidamente”, dijo el Dr. Salim Abdool Karim en una rueda de prensa del Ministerio de Sanidad
“Espero que superemos los 10.000 casos por día al final de la semana [y] veamos la presión sobre los hospitales en las próximas dos o tres semanas“.
Los científicos sudafricanos anunciaron el jueves la nueva variante altamente mutada, a la que atribuyen el repentino aumento de las infecciones en el país más afectado de África.
Los ingresos hospitalarios se duplicaron con creces en el último mes en Gauteng, la provincia más poblada de Sudáfrica y el epicentro del nuevo brote, según cifras oficiales.
La provincia ha entrado en una cuarta ola de infecciones que se espera que se extienda al resto del país a finales de año, según las autoridades sanitarias.
Sudáfrica ha registrado 2,9 millones de casos y 89.797 muertes, aunque estas cifras, en proporción a su población, siguen siendo significativamente inferiores a las de otros países fuertemente afectados, especialmente en Europa.
El ministro de Sanidad, Joe Phaahla, dijo que no había “absolutamente ninguna necesidad de entrar en pánico”.
“Ya hemos estado aquí antes”, dijo, en referencia a la variante Beta identificada en Sudáfrica el pasado diciembre.
Un empleado de una gasolinera junto a un titular de periódico en Pretoria, Sudáfrica, el 27 de noviembre de 2021.
Vacunas
La Organización Mundial de la Salud (OMS) ha designado a Ómicron como variante preocupante y aún está evaluando su virulencia, aunque los expertos coinciden en que es probable que sea altamente infecciosa.
También se teme que la variante pueda ser más resistente a ciertos anticuerpos, aunque todavía se está evaluando su capacidad para evadir las vacunas.
Todavía no se ha determinado la gravedad de la enfermedad que provoca, aunque los síntomas observados hasta ahora en Sudáfrica han sido relativamente leves.
“Incluso si Ómicron no es clínicamente peor, y ciertamente las anécdotas no levantan ninguna bandera roja todavía… vamos a ver [casos crecientes] con toda probabilidad debido a la rapidez de la transmisión”, dijo Karim.
Decenas de países han prohibido viajar a Sudáfrica y a sus vecinos en un intento de mantener a Ómicron fuera, aunque la variante se ha detectado ya en al menos otros 11 países.
El presidente sudafricano, Cyril Ramaphosa, pidió el domingo a los gobiernos del mundo que reabran “urgente” e “inmediatamente” sus fronteras a la región.
Acusó a los países ricos de incumplir las promesas de apoyo al turismo en las naciones más pobres que hicieron en una reunión del G20 el mes pasado, y denunció la desigualdad de las vacunas.
“Lo único que hará la prohibición de viajar es dañar aún más las economías de los países afectados“, dijo Ramaphosa.
Abogó por las vacunas como la “herramienta más poderosa” de Sudáfrica contra la nueva variante e instó a los ciudadanos a vacunarse.
El gobierno está luchando contra las dudas sobre las vacunas y está estudiando medidas para impulsar su uso, incluyendo la obligatoriedad de las vacunas en ciertos lugares y eventos