Gabriel Slavinsky, analista político, explica en Coffee Break el funcionamiento actual del gobierno, sus carencias y transformaciones durante la pandemia.
Comienza declarando que las medidas tomadas por el gobierno de Alberto Fernández son “una eterna repetición de más de lo mismo”. Desarrolla, que fue justamente ello una “de las cosas más reprochadas y más peligrosas que hubo en el 2020… esa repetición constante de la misma escena sabiendo que al final terminaban todas las restricciones y las complicaciones cuando volvió el calor”. Según Slavinsky, en el 2021 nos encontramos nuevamente en el mismo escenario: “Tenemos que aguantar 15 días… [que terminan siendo] 21 más”.
El entrevistado continúa explicando que “la posición del gobierno nacional sigue siendo el “nosotros defendemos la vida y tenemos que cerrar todo porque hay un virus que nos está matando’”. Sin embargo, debido a la fuerte oposición del gobierno de CABA y al descontento popular hacia las restricciones encuentran un punto medio para tener una imagen fuerte en las elecciones de este año: “Socavar la imagen presidencial ante una medida que no puede concretarse es mucho peor que tomar una medida que tenga las características de pensarse como que cuida a la ciudadanía”.
Por otro lado, el analista desarrolla que existe una “disonancia entre el presidente 2020 y 2021”, que va más allá del cambio de modelo de uno de “consensos de acuerdo” al principio y uno de “más rupturista y de confrontación” hacia el final, sino que se relaciona con la centralidad tomada por la propia figura presidencial. Explana, que mientras en el 2020 Fernández “era el comandante en jefe, el piloto de la tormenta, que aguantó en su espalda la cuarentena restrictiva, el de la alta visibilidad, conferencias de prensa constantes, etc.”, durante el 2021 corrió “la centralidad de las decisiones y las responsabilidades…hacia los gobiernos provinciales, municipales y la responsabilidad individual”.
Por último, en cuanto a la figura aparentemente ausente de la vicepresidenta Cristina Kirchner, Slavinsky entiende que se trata de un tema estratégico: “No se deja llevar ni por los éxitos parciales que pudiese tener la cuarentena de Alberto en marzo y abril del 2020, o la bajada de casos hacia diciembre, o la llegada de la vacuna antes del vacunatorio vip, ni tampoco por las derrotas… [sino que] su ausencia es una cuestión mucho más estratégica global, mirando al 2023”. Lo que sintetiza como: “Claramente su mirada es estratégica, sus silencios son presentes, y su caudal electoral se mantiene”.
Por TP/RJ
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