El jueves, el ministro de Relaciones Exteriores de Francia anunció que las conversaciones con el Fondo Monetario Internacional son la única manera de salir de la crisis económica de Líbano, instando a los funcionarios libaneses a reanudar las conversaciones con el prestamista que se tambaleó por desacuerdos internos.
Jean-Yves Le Drian, el primer funcionario occidental que visitó Líbano desde que su economía comenzó a desmoronarse el año pasado, mencionó que solo reformas concretas permitirían a Francia, un aliado importante, ayudar a Líbano.
Después de reuniones con altos funcionarios libaneses, incluyendo el presidente Michel Aoun, Le Drian declaró que el momento es ahora crítico y que la situación es muy preocupante.
“Lo que quiero decir hoy a los responsables de Líbano es: ‘ayúdense a sí mismos y Francia y sus socios les ayudarán’”, añadió. “Es el mensaje clave de mi visita”.
Francia, la antigua potencia colonial de Líbano, es la principal nación occidental que participa en los esfuerzos por ayudar a la economía libanesa a salir de su grave situación. Las soluciones son bien conocidas, señaló Le Drian, y son necesarias para evitar la desestabilización de Líbano y su modelo de tolerancia y apertura en la región.
La crisis se ha profundizado desde que el gobierno dejó de pagar su deuda soberana en marzo, el estallido de la pandemia del coronavirus y las restricciones que trajo consigo. Las conversaciones con el FMI sobre un plan de rescate económico se han estancado. Las tasas de desempleo y de pobreza han alcanzado nuevos niveles, mientras que los recursos básicos, como el combustible, se han vuelto escasos al agotarse los recursos del gobierno.
Las conversaciones con el FMI, que comenzaron en mayo, se han estancado por desacuerdos entre los políticos libaneses sobre la evaluación de las pérdidas y cómo avanzar. Los funcionarios libaneses esperan que el éxito de las conversaciones del FMI abra el camino para los 11 mil millones de dólares en ayuda prometidos durante una conferencia en el 2018 auspiciada por Francia.
“No hay alternativa a un programa del FMI que permita a Líbano salir de la crisis”, afirmó Le Drian. “Francia está dispuesta a movilizarse a sí misma y a sus socios para apoyar a Líbano, pero se deben tomar medidas de reforma creíbles y serias”, añadió Le Drian.
Le Drian indicó que una auditoría efectiva de las pérdidas del Banco Central de Líbano ayudaría a iniciar las conversaciones. El gobierno libanés aprobó esta semana una auditoría forense después de semanas de estancamiento. La auditoría podría llevar meses.
Le Drian manifestó que los esfuerzos de Francia solo funcionarán si los funcionarios libaneses hacen su parte. Explicó que una reforma del sector eléctrico, que le ha costado al gobierno unos dos mil millones de dólares de deuda al año, ha sido hasta ahora desalentadora.
Líbano fue testigo de protestas a nivel nacional el pasado mes de octubre después de que el gobierno, como parte de los esfuerzos para introducir medidas de austeridad, impusiera nuevos impuestos al servicio de mensajería WhatsApp. Los manifestantes acusaron al gobierno de mala gestión y de años de corrupción y finalmente obligaron al entonces primer ministro, Saad Hariri, a dimitir.
En enero se formó un nuevo gobierno, respaldado por el poderoso grupo Hezbolá y sus aliados, que desde entonces se ha visto empantanado por las rivalidades internas y el poder económico se centra en las formas de proceder con las reformas y las conversaciones con el FMI. A la tensión interna se suma el hecho de que Hezbolá se enfrenta a un aumento de las sanciones de los Estados Unidos, parte de la campaña de Washington contra Irán y sus aliados en la región.
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