El Papá y el Rabino





Un Papa, en la Edad Media , decretó que todos los judíos tenían que abandonar Roma.

 Los judíos no querían irse, por lo que el Papa los desafió a una disputa para demostrar que podían quedarse. Sin embargo, nadie quería la responsabilidad… 
hasta que el Rabino de la sinagoga, Moishe, se ofreció como voluntario. Como no había nadie más que quisiera ir, a Moishe se le dio la tarea. Pero debido a que no conocía el latín, se acordó un debate silencioso. 

Llegó el día del debate y fueron a la Plaza de San Pedro para resolver la decisión.

Primero, el Papa agitó su mano alrededor de su cabeza.    Moishe señaló firmemente al suelo. 

El Papa, sorprendido, levantó tres dedos. En respuesta, Moishe le mostró el dedo medio.

La multitud comenzó a quejarse, pero el Papa, pensativo, les indicó que se callaran. Sacó una botella de vino y una hostia (oblea), sosteniéndolas. Moishe sacó una manzana y la levantó.

El Papa, para sorpresa de la gente, dijo: “Lo reconozco. Este hombre es más sabio que yo. Los judíos pueden quedarse”. 

Posteriormente, se le preguntó al Papa qué había significado el debate. Él explicó: “Primero, le mostré los Cielos, para mostrar que Dios está en todas partes, pero el me señaló al suelo para indicar que D’s está aquí con nosotros, lo cual es cierto. 

Le mostré tres dedos, para la Trinidad.  El me recordó que hay Un D’s común a nuestras dos religiones. 

Le mostré vino y una hostia, por el perdón de D’s. Con una manzana, me mostró el pecado original, que simboliza que todos somos pecadores. “El hombre es un maestro del debate silencioso ” expreso el Papa.

 En el rincón judío, todos estaban felices. Moishe recibió la misma pregunta que le hicieron sus compañeros hebreos, y respondió:

–  “En realidad, todo era una tontería. Primero, me dijo que todo este pueblo estaría libre de judíos. Yo le dije: ¡Vete al infierno! ¡Nos quedamos aquí mismo!

Entonces, me dijo que teníamos tres días para salir. Le mostré el dedo medio y que ya sabía que hacer con el. “. Luego el Rabino calló.

 Una mujer mayor preguntó: – “¿Eso es todo? Que paso al final?”

– “¿Eso?” dijo Moishe encogiéndose de hombros, “¡No sé!”,   “El sacó su almuerzo y yo saqué el mío”

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