Parashá Ki Tetzé: Cada tanto es bueno olvidarse de ciertas gavillas

En Parashat Ki Tetzé podemos encontrar una gran variedad de mitzvot relativas a distintos temas. Entre ellas, se encuentra el siguiente precepto: “Cuando segares tu siega en tu campo y olvidares una gavilla en el campo, no habrás de volver a tomarla; para el forastero, para el huérfano y para la viuda será. Ya que habrá de bendecirte Adonai tu D”s, en toda la obra de tus manos” (Devarim 24:19). Esta mitzvá es conocida en hebreo como shijejá (se refiere a la gavilla olvidada) y es parte de un grupo de mitzvot denominadas Matanot Laevionim (regalos o donaciones para los necesitados), relacionadas con el campo.

Otro de los preceptos incluido dentro de este grupo mencionado es: “Cuando seguéis la cosecha de vuestra tierra, no habrás de concluir de segar el rincón de tu campo, ni habrás de espigar en tu cosecha… Para el pobre y el extranjero los habrás de dejar. Yo soy Adonai tu D”s” (Vaikrá 19:9-10). Las esquinas de los campos había que destinarlas también para los necesitados; lo que se llama“peá”.

Uno podría preguntarse cuál será el objetivo de estas Mitzvot. La primera ocurrencia que surge podría ser el poder ayudar al necesitado. Es cierto, aunque llama la atención si las comparamos con otras mitzvot en las que el objetivo es ayudar al necesitado, como por ejemplo los diezmos, préstamos, las leyes referidas a la shmitá y el jubileo, y la tzedaká. En este caso, es muy poco lo que recibe la persona necesitada. Además, llama la atención lo fortuito de su cumplimiento, dado que para cumplir con la mitzvá de shijejá se requiere olvidar ciertas gavillas. A diferencia de la mayoría de las mitzvot, se cumple sin tener la voluntad de hacerlo: más bien, olvidándose. Si quisiera cumplirlo, no podría, porque esto equivaldría a recordar. Se requiere una especie de ausencia de intención.

Algunas explicaciones al respecto. El autor del Sefer Hajinuj cree que el objetivo de este precepto es educar, más que ayudar. El hecho de tener que desentenderse de la gavilla olvidada, estimula a la persona a incrementar su carácter dadivoso y generoso. Se trata entonces de despertar la solidaridad en las personas.

El Rabino Shimshon Rafael Hirsch sostiene que el objetivo de esta mitzvá no es satisfacer las necesidades materiales de los pobres, sino advertir a la persona en el momento de la cosecha, durante la recolección, cuando puede llegar a sostener en sus manos y engrandecerse diciendo “esto es mi producto”… recordarle que lo “suyo” no es solo “suyo”, que en el judaísmo, “lo mío” tiene restricciones. Una idea central que aparece en la tradición es que somos inquilinos en este mundo y nadie, salvo D”s, es dueño de la tierra. Claramente se puede apreciar esta idea en las leyes deShmitá (descanso de la tierra en el séptimo año) y Iovel (año del jubileo). En este sentido, los necesitados no toman lo que el dueño olvida, sino más bien lo que D”s les tiene asignado especialmente. De esta manera, se da la posibilidad al necesitado para también tener su propiedad y poder atar sus gavillas como todos los demás.

Otro aspecto interesante de estas mitzvot es que no se les da el producto en la mano, sino que ellos mismos deben trabajar, esforzarse, para conseguirlo. En el caso de shijejá, lo olvidado, debe ir a recogerlo. En el caso de los rincones del campo, debe trabajarlos para ganarse su sustento. No son dádivas sino la posibilidad de trabajar el campo y obtener su propia cosecha; posibilidad de poder empoderarse y obtener un lugar de agencia, para llegar a ser como los otros.

Hace ya unas semanas comenzamos el mes de Elul, mes en el cual nos vamos preparando para losIamim Noraim, días en que reflexionamos acerca de nuestras acciones realizadas en el transcurso de este año. Se acerca el día en que somos juzgados y, según la tradición, el veredicto puede cambiar mediante tres caminos. Uno de ellos es la Tzedaká. Siguiendo uno de los mensajes de estaparashá, esforcémonos por ser personas más sensibles, tomar conciencia de que no somos dueños del mundo, simplemente somos inquilinos y debemos tener la capacidad de, cada tanto, olvidarnos, desprendernos de ciertas cosas, para que otros puedan disfrutarlas. Además, aprovechar las mitzvotpara lograr educarnos a nosotros mismos y a nuestros hijos, con el fin de incrementar actitudes solidarias para con nuestro prójimo.

¡Shabat Shalom!

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