Verano de 1960. Un Volkswagen Escarabajo ingresa por los caminos de tierra a El Remanso, una despoblada zona de campo en Mar del Sur, provincia de Buenos Aires.
El vehículo alemán se detiene en el frente de una casita solitaria de una planta y dos ambientes, la única construcción a la vista entre tanta desolación, situada a poco más de 100 metros del mar y lejos del pueblo. Del “auto del pueblo alemán” desciende una familia que, como todos los veranos, llega a descansar, a encontrarse con otros alte kameraden y a seguir realizando mejoras en esa enigmática vivienda con paredes tan gruesas y un sótano de hormigón tan robusto que parece un refugio antiaéreo de la Segunda Guerra Mundial.