La bomba de la AMIA aún explota.

Autor: 

Luis Sergio Grynwald

Mi conexión con la AMIA la tengo desde el día de mi nacimiento, mi padre pidió un préstamo para la compra de rollos de tela, cerró un trato de palabra, en el que se comprometía a devolver los pesos que le dieron, por supuesto que lo hizo en tiempo y forma. Un trato de palabra… La mutual ayudaba a las familias para que pudieran mejorar su situación de vida.

Estuve a 80 metros de Pasteur 633 el 18 de Julio de 1994 a las 09:53 hs. Me salvé porque se demoró la máquina del café de la mañana, porque el mozo de la esquina trajo más tarde mi vuelto y porque el proveedor al que le llevé un cheque me relató un problema personal al que escuché con poca atención.… Leer más

Había una vez.

Había una vez un país que recibió un atentado terrorista contra una sede diplomática. Fue posible probablemente porque las fuerzas de seguridad y servicios de inteligencia del país donde se realizó el atentado no tomaron los lógicos recaudos y prevenciones para evitar el mismo. Aunque rápidamente se organizó una pulcra y profunda investigación que incluyó a fuerzas de seguridad idóneas, profesionales y honestas que instruidas por una justicia proba e independiente llegó con velocidad a la verdad y juzgó a los culpables.

Asimismo, las autoridades gubernamentales junto con los servicios de inteligencia y las fuerzas de seguridad tomaron en consideración las motivaciones que generaron el atentado terrorista, realizaron una extensa autocrítica y evaluaron las debilidades de seguridad del país; también establecieron y ejecutaron un plan de trabajo que posibilitó, desde ese momento hasta la fecha que nunca más se lleve adelante ningún atentado terrorista en su territorio.

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