La prolongada intervención diplomática de Francia en el Líbano tenía por objeto promover la estabilidad, la soberanía y la democracia libanesas, pero no ha logrado ninguno de esos objetivos. Mientras París continúe considerando a Hezbolá como parte integral de la vida democrática del Líbano y niegue que es una organización terrorista que controla el Líbano con un ejército privado, su capacidad para estabilizar el Líbano seguirá siendo escasa o nula.