Este fruto, uno de los “padres” de los cítricos de todo el mundo, tiene una historia fascinante y muchos usos extraños e interesantes.
En Israel, Sucot es la cereza del postre de la interminable temporada alta de fiestas. No solo no se requiere ayunar, arrepentirse o mirar la cabeza de un pez durante la cena sino que esta celebración incluye decoraciones de bricolaje, acampar en el balcón y tener una semana entera libre de la escuela.
Las “sucot” o viviendas temporales son uno de los símbolos más reconocidos así como las cuatro especies: el etrog (cidra), lulav (rama de palma), hadas (mirto) y aravá (sauce) que se toman en la mano o se agitan durante algunos de los días que dura la fiesta.