EL AYUNO DE ESTHER, ¿POR QUÉ SE LE PUSO ESTE NOMBRE?

El 14 de adar se celebra Purim, en este día festejamos no haber sido exterminados por el imperio persa. El 13 de adar se libró una batalla entre los judíos y los que querían exterminarlos, de la cual los judíos salieron exitosos. Dentro del Tanaj (Biblia judía) todas las batallas que se narran se consideran batallas espirituales más que guerras físicas, por eso los judíos se preparaban militarmente para ellas ayunando. De esta forma podían concentrarse en su conexión con D-os, limpiar su alma y hacer la lucha espiritual. El 13 mismo fue el día en que todos los judíos del imperio persa ayunaron y ganaron la batalla; en recuerdo a ellos ayunamos también y tratamos de acercarnos a D-os en este día. Así mismo el ayuno toma el nombre de la reina Esther porque fue ella quien los impulso y dirigió espiritualmente, además de que también obtuvo los méritos políticos para hacer que los judíos pudieran defenderse de quienes los odiaban sin que el gobierno del imperio persa los exterminará, o les prohibiera tener armas en el campo de batalla. También se considera que fue ella quien genero el cambio en el destino del pueblo judío frente a la voluntad de D-os.

LA REINA ESTHER

Dentro de las historias del Tanaj la reina Esther ha de haber sido uno de los personajes que más sufrió; y sin dudas fue uno de los más valientes y más determinados. Ella nace durante el dominio asirio a Judea, es huérfana de padres y adoptada por su tío que más adelante se convierte en su esposo. Es raptada por los soldados del rey Asuero y llevada a la fuerza a los recintos del rey para convertirse en su segunda esposa.

Gracias a la situación en que vivían los judíos de entonces tuvo que esconder su origen y despedirse de su esposo y la vida judía para siempre. Dentro del palacio del rey logró ganar su lugar como reina, influyendo sobre él y ayudando a que los judíos no fueran exterminados. Se piensa incluso que su hijo sería Darío, el rey persa que después ayudaría a la construcción del Segundo Templo.

Para lograr lo que hizo Esther, puso en juego su vida, su integridad y sacrificó su deseo más anhelado (regresar con su esposo y recuperar su nombre hebreo). Por eso se convirtió en un símbolo de amor y valentía para todas las mujeres del mundo, por la fuerza y determinación que demuestra en el relato bíblico.

Lo que le dio esta fuerza precisamente fue estar dispuesta a sacrificarse por aquello que más amaba y a lo que más valor le daba: el pueblo judío. Esther estuvo dispuesta a perderlo todo por la mínima posibilidad de convencer al rey de que cambiará su decreto; supo distinguir aquello que era pasajero, de aquello que era eterno. Sabía qué mundo quería dejar tras su muerte y supo luchar por él, abrirse camino arriesgando incluso lo más valioso que tenía.

Así también, muchas mujeres a lo largo de la historia han tenido que luchar y abrirse camino para dejarle a sus hijas o a sus nietas un mundo más bello, más abierto a ser habitado por ellas. Este nueve de marzo mientras ayunamos las recordaremos.

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