La Clara

Homenaje a la Baronesa Clara de Hirsch

Clara, cuyo nombre rendía homenaje a la Baronesa Clara Bischoffsheim de Hirsch (1833-1899), estaba ubicada sobre los departamentos entrerrianos de Villaguay y Uruguay, en un amplio territorio surcado por suaves cuchillas y numerosos arroyos. Si se consideran su demografía populosa y su extensa superficie, se trata de la mayor colonia judía de la provincia, así como de una de las más trascendentes de todas las creadas por la Jewish Colonization Association (JCA) en el país.

Los pioneros de la colonia Clara fueron un grupo de doscientas cuarenta y cinco familias llegadas al país, en su mayoría, a bordo del vapor Pampa. A ese núcleo primigenio se sumaron más tarde otros seis grupos de cincuenta familias (trescientas en total), uno de cuarenta y luego otro de ciento treinta. Hacia 1896, Clara albergaba a cuatrocientas cincuenta y dos familias judías, mientras que en 1900 ya contaba con cien más. Entre sus numerosos méritos, suele mencionarse el hecho de que varias figuras de la cultura, la política y el cooperativismo agrario surgieron de su seno. Sus centros urbanos de mayor tamaño fueron Villa Domínguez (cuya traza urbana fue diseñada al estilo parisino, con rotondas y bulevares) y Villa Clara, y en ambos fueron instaladas estaciones del ferrocarril Urquiza. Otro pueblo inserto en el área de la colonia fue La Capilla (luego rebautizado Ingeniero Sajaroff, en memoria del impulsor del cooperativismo agrario, el inmigrante ruso Miguel Sajaroff), mientras que la ciudad más cercana era Villaguay, donde en la actualidad existe una importante colectividad judía originaria en gran parte de Clara y de las demás colonias vecinas. Entre los múltiples grupos de lotes que la conformaban, se encuentran Sonnenfeld (también conocido como San Gregorio), Bélez (que en el mapa de la JCA figura como Delez), Feinberg, Rosh PinaRajil (o Raquel, donde Alberto Gerchunoff pasó algunos años de su infancia que luego inspirarían su gran creación, Los gauchos judíos), Barón Hirsch, Barón Guiznburg (también conocido como San Vicente y como Domingo Calvo), Carmel, Desparramados, Eben Harosha, Barreros, Chajarí, Colin, Espinillo, Achiras, Ida, Jurado, Kiley, Kiriat Arba, Las Moscas, Leven, Los Naranjos, Los Talas, Miguel, Mohilna, Noviburg, Perlisa, Rabanowka, Sagastume, Santa Rosa, Siroki I y Balvanera. Las actividades desarrolladas con mayor éxito por los colonos clarenses fueron la cría de ganado y la industria lechera, que se vieron favorecidas por la presencia de abundantes pasturas naturales en la zona. Ambas fueron complementadas con el cultivo de trigo, avena, lino, maíz y girasol, así como con la avicultura.

Numerosas instituciones culturales, escuelas y sinagogas atendieron las necesidades espirituales, educacionales y religiosas de las familias locales. En la actualidad, un buen número de sus antiguas sedes, en general conservadas en buen estado, recibe frecuentes visitas de viajeros, escolares y turistas, quienes también acuden atraídos por el Museo de las Colonias de Entre Ríos, que además de la puesta museográfica guarda un importante acervo documental. En Villa Clara existe también un museo histórico, más pequeño que el de Domínguez y de creación más reciente.

Una de las instituciones clarenses de mayor trayectoria fue la cooperativa Fondo Comunal. Constituida en 1904 en Villa Domínguez, fue líder del movimiento cooperativista surgido en las colonias judías que luego derivaría en la creación tanto de La Fraternidad Agraria, la organización techo que nuclearía a la mayoría de sus instituciones pares, como de la de CONINAGRO. Muchos de los dirigentes surgidos de Fondo Comunal pasaron luego a administrar La Fraternidad.

También se constituyeron en difusores del ideal cooperativista en el resto del país y de Latinoamérica.

Esa actividad derivó en la aparición de la revista más duradera y específica relacionada con la colonización agraria judeo-argentina: Colonist Cooperator (El colono cooperador), aparecida en Villa Domínguez desde 1917 en forma mensual y en ídish, aunque progresivamente se fue volcando al bilingüismo y, ya en los años cincuenta, mayoritariamente al castellano.

Esta importante publicación fue la continuación de Der Idisher Colonist in Arguentine (El colono israelita argentino), que data de 1909. En la actualidad, varias sinagogas y cementerios se encuentran activos en la zona, cuyos centros vitales más perdurables son Villaguay, Villa Clara y Villa Domínguez.

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