Las Fuerzas de Defensa de Israel se alejan de los coches chinos, impulsadas por la preocupación de que haya espías acechando en la tecnología cotidiana.
En los últimos años, la relación entre Israel y la industria automotriz china ha sido motivo de creciente debate dentro del aparato de seguridad del Estado.
La irrupción de vehículos eléctricos y conectados fabricados en China, muchos de ellos equipados con avanzados sistemas de sensores, cámaras externas, módulos de conectividad permanente y software propietario, ha desatado alertas en organismos de defensa y ciberseguridad.
El nivel de preocupación escaló al punto de que las Fuerzas de Defensa de Israel (FDI) comenzaron a restringir y, en ciertos casos, prohibir el uso de automóviles de origen chino dentro de bases militares y zonas sensibles.… Leer más
