La Parashá
Parashah Shemini- Shabat Para
En esta Parashah leeremos que en el octavo día, luego de 7 días de inauguración del Cohen Hagadol y sus hijos comienzan a oficiar como sacerdotes.
Los dos hijos mayores de Aarón , Nadav y Avihu estaban dotados por habilidades fuera de lo común, tenían condiciones para convertirse en los próximos líderes.
Nadav significa apto para la nobleza (Nedivot).
Avihu implica que valía como para convertirse en el padre del pueblo judio (Av).
Tanto Nadav y Avihu eran tzadikim, los dos tenían una falta de humanidad y lo demostraban en sus actitudes y forma de expresión. Nadav y Avihu ofrecen un fuego extraño frente a D’s que El no les mando y mueren en el Mishkan.
Formularon esta halaja en presencia de Moshe siendo correcta pero al no haber sido consultada con Moshe previamente el castigo fue la muerte de ambos. Aarón permanece en silencio ante la tragedia
D’s entrega las leyes del Cashrut identificando los animales que pueden ser consumidos y aquellos que no. Los animales que tienen las pezuñas partidas y son rumiantes estos están permitidos como así también los peces que tengan escamas y aletas. También son dadas algunas leyes de pureza ritual incluyendo la purificación de la Mikve y de lo manantiales en el cual el pueblo judio es mandado a diferenciar entre lo puro y lo impuro.
Shabat Para
D’s les habla a Moshe y Aarón este decreto de la Tora ordenado por Hashem dice traigan una vaca completamente roja que no tenga imperfecciones y que no haya tenido nunca un yugo sobre ella, la llevarán a través de Eleazar ( el sacerdote) afuera del campamento y será sacrificada y quemada delante de Eleazar. El que recoja las cenizas de la vaca debe sumergir su cuerpo y su ropa y permanecer impuro hasta el atardecer y luego sumergirse en la mikve y luego si podía entrar al campamento. Si alguien tiene contacto con un ser humano muerto se volverá ritualmente impuro por siete días . Para volverse limpio (puro) debe sumergirse en el agua de purificación el tercer día y el séptimo día.
Shabat Shalom Umeboraj
Marcelo Mann
Analizando la Parashá
El Talmud (Sanedrín 52a) nos dice que Nadav y Avihú estuvieron en una ocasión caminando detrás de Moshé y Aharón, y Nadav le dijo a Avihú: “¿Cuándo saldrán del camino estos dos ancianos para que podamos liderar al pueblo judío?”.
La descripción que hace el Talmud de Nadav y Avihú como principiantes arrogantes, impacientes con el liderazgo actual, no es muy halagadora. Sin embargo, el Midrash (citado por Rashi y mencionado arriba) describe a Nadav y Avihú como personas aún más grandiosas que Moshé y Aharón.
¿Cuál es la descripción verdadera de Nadav y Avihú? ¿Eran dos estrellitas insolentes o eran más grandiosos que Moshé y Aharón?
Nuestros sabios no se contradicen a sí mismos. Entonces, esas descripciones tienen que ser dos caras de una misma moneda.
En un cierto aspecto, Nadav y Avihú eran más grandiosos que Moshé y Aharón, y esa grandeza fue lo que los hizo volverse arrogantes e impacientes con su liderazgo. Pero hay otro error, más sutil, descrito en la narrativa del Talmud, y es un error que todos cometemos normalmente al referirnos a los líderes de nuestra generación y a la forma en que manejan las deficiencias del pueblo judío.
Nadav y Avihú creyeron que uno sólo es responsable de abordar los problemas del pueblo judío cuando le es asignada una posición de liderazgo. Esto es contrario al entendimiento de la Torá sobre responsabilidad, como dice la Torá: “Los [pecados] ocultos para Hashem, nuestro Dios, pero los [pecados] revelados son para nosotros y para nuestros hijos para toda la eternidad” (Devarim29:28). La Torá hace a cada persona responsable de enfrentar los problemas que ve en el momento, apenas los advierte.
Asumir la responsabilidad por el pueblo judío no es sólo una obligación de quienes ocupan posiciones de liderazgo; todos somos responsables. Ahora, ¿Cómo puede funcionar el pueblo judío si todos asumen la responsabilidad de resolver los problemas que ven en la forma que cada uno cree conveniente? Eso crearía anarquía.
Hay un balance entre asumir la responsabilidad individualmente y respetar el liderazgo vigente. Todos nosotros, más allá de nuestra posición o estatura, somos igualmente responsables de solucionar los problemas que vemos. En lo referente a responsabilidad, no hay jerarquía. Sin embargo, al momento de implementar soluciones, debemos trabajar bajo la guía del liderazgo existente para asegurar que nuestra propuesta sea buena y que nuestra resolución de problemas sea conducida apropiadamente.
Nadav y Avihú percibieron una falta de irat shamáim en el pueblo judío. Esa fue parte de su grandeza, pero por cuanto que no trataron de resolver el problema del pueblo judío en vida, Hashem hizo que su muerte fuera el medio para resolverlo (este es un aspecto del principio de mitat tzadikim mekapéret, ‘la muerte de los justos expía’). Nadav y Avihú creyeron equivocadamente que, para implementar una solución al problema que vieron, debían esperar hasta ser designados líderes. En cambio, deberían haber acudido a Moshé y Aharón, explicado el problema que veían y presentar posibles soluciones. Después de recibir el apoyo de Moshé y Aharón, deberían haber implementado su estrategia. Esa es la forma constructiva de resolver problemas.
Nosotros, a menudo, cometemos el mismo error de Nadav y Avihú. Vemos los problemas del pueblo judío, pero, en lugar de asumir la responsabilidad por ellos, nos decimos que resolverlos es responsabilidad de nuestros líderes. Luego, cuando nuestros líderes están completamente abrumados por los problemas, los criticamos por no actuar de manera más audaz y agresiva, nos frustramos y hasta sentimos resentimiento por la falta de progreso en esas áreas cruciales.
La respuesta correcta a nuestra preocupación es desarrollar una estrategia y discutirla con nuestros líderes, para luego implementarla con su apoyo y guía. Con este enfoque, las personas tienen la capacidad de asumir la responsabilidad y confrontar los desafíos que ven sin socavar el liderazgo al hacerlo.
Extracto de Aish Latino