La historia del Hatikva está repleta de viajes, desafíos, esperanza, frustraciones y también misterio. Casi como la misma historia de los judíos. Una historia en donde se unen músicos como Mozart, Smetana, con las melodías sefaradíes.
Hace pocos años, la historia músical del Hatikva fue revolucionada por una gran investigación desarrollada por la pianista y musicologa israelí Astrith Baltsan. Mientras que generalmente se creía que la melodía del Hatikva estaba inspirada en el Moldava de Bedirch Smetana, Baltsan intenta demostrar un camino diferente. El orígen del Hatikva se remonta a una pieza musical utilizada por los judíos sefaradim hace 600 años para el Birkat Hatal, la bendición por el rocío, que se realizaba en Sukot. Dicha melodía, con la expulsión de los judíos de España, inspiró a La Mantovana,” del siglo 16 compuesta Giuseppino del Biado: Una famosa sonata italian que decía Fugi Fugi Amore Mio.
Aquí pueden escuchar su melodía
La historia de la música tiene fluctuaciones, misterios y muchos recorridos. Cuentan los investigadores que Mozart , en uno de sus viajes a sus 12 años, escuchó esta canción. Que esa canción inspiró otras músicas rumanas. Y que de Mozart a Smetana, uno de los mayores músicos checos, llegó melodías que inspiraron al famoso Moldava, la música del nacionalismo checo incipiente.
Y el reconocido músico de Bohemia, Bedirch Smetana compuso el Moldava, Die Moldau EL Moldava hablaba del nacionalismo que surgió en Europa con la misma fuerza del rio, el mismo sentimiento que seguramente inspiró a Hertzl para empezar a soñar.
EL Moldava de Smetana, sonaba algo así como:
Este himno checo para muchos inspiró la composición musical del Hatikva a cargo del rumano Shmuel Cohen. Lo novedoso de la investigación de la pianista israelí Baltsan es afirmar que no fue el Molvada quien inspiró al Hatikva, si no que el Moldava se inspiró de Mozart quien se inspiró de la Montavana, quien a su vez se inspiró de la melodía Sefaradí. Es decir que tanto el Hatikva, como el Moldava, vienen de un origen compartido en composiciones musicales judías.
Pero si la historia músical del Hatikva es apasionante, más aún lo es la historia de su poesía y letra.
Nafatlí Hertz Imber escribió un poema con 9 estrofas llamado Tikvateinu. Nuestra esperanza. Nació en 1856 en Galicia, hoy Ucrania. Su pueblo, era considerado el pueblo de muchos poetas, por el día trabajaba, y a la noche hacia sus performances leyendo sus poemas.
A sus 25 años, y antes de que Hertzl publique el Estado judío, emigró a Israel luego de recorrer Europa como un bohemia, y cuentan que al llegar junto a los primeros pioneros sionistas los Jovevei Sion, amantes de Sion, escribió tikvateinu expresando su emoción por llegar a Petaj Tikva, una de las primeras aldeas sionistas denominada como precisamente las puertas de la esperanza.
Esta es una de las imagenes más antiguas de Tikvateinu publicada en San Petesburgo en 1902. Allí puede verse a dos personas mayores, mirando al horizonte a toda una masa de personas caminando por medio de un arco iris:
En Hebreo puede leerse
Y hacia adelante, hacia los extremos del este, un ojo todavía mira hacia Sion;
Nuestra esperanza aún no se ha perdido, la antigua esperanza
para regresar a la tierra de nuestros padres, a la ciudad donde habitaba [el rey] David.
Lo que sabemos es que además de la musicalización de Shmuel Cohen, otros de los primeros sionistas, simplificaron el poema que pasó a ser nuestro Hatikva.
Todos concuerdan que a partir del quinto congreso Sionista en Basilea en 1901 todos terminaron cantando el hatikva, y desde ahí nunca dejó cantarse. No obstante recién en el 18 congreso en Praga en 1933, se adoptó como oficial. En israel llevó mucho más tiempo.
Pero la esperanza también tiene fracasos, y lo que hoy conocemos como un éxito, estuvo repleto de esfuerzos y malestares.
Como toda historia de esperanza, tuvo su otro costado, desesperación y desilusión. Lo que hoy nos emociona, y nadie dudaría aquí de su centralidad, fue criticado y casi odiada por el mismísimo Hertzl. Algunos investigadores cuentan que a Hertzl le molestaba el Hatikva, o bien por competencias propias con Neftalí Hertz que según él quería considerarse el fundador del sionismo, o bien por los problemas de alcohol que padecía el poeta. Hoy podríamos decir que era bohemio. Los problemas de egos no son solo del presente, también del pasado. No obstante Hertzl quiso hacer un concurso para buscar otro himno, para el cual no tuvo éxito. El Hatikva no pudo ser reemplazado.
Es más, los testimonios orales afirman que en el sexto congreso sionista se llegó a proponer el plan temporal de que Israel se establezca en Uganda, los detractores contestador a esta propuesta cantando el Hatikva!
El Hatikva acompaño al pueblo judío en maravillosos y dolorosos momentos. Como la misteriosa historia de su melodía pasó de españa, con la expulsión de los judíos, a Italia, Rumania, República Checa y a Israel.
Fue cantada antes de que los judíos checos ingresaran al peor momento en Auschwitz y Birkenau y también existen grabaciones de la bbc de judíos liberados de los campos cantando el Hatikva.
Fue entonada con la declaración de la independencia y en cada momento importante. Se cantó hasta las lágrimas en la diáspora pero no obstante siguió siendo discutida. Luego de la guerra de los seis días y el éxito de Naomi Shemer, se propuso que el himno oficial de Israel sea Ierushalaim Shel zaav pero no tuvo éxito tampoco esta propuesta.
Recién en 2004 fue aceptado como himno oficial de Israel.
¿Que hace especial al Hatikva? ¿Es solo el himno de Israel o de todo el pueblo judío?
Su mensaje habla de la esperanza, para algunos basados en el profeta Iejezkel quien se preguntaba como unos huesos secos y sin esperanza pueden volver a revivir , y D´s que les promete que aun esos huesos, volverán a cobrar aliento, fuerza, esperanza.
La historia real del Hatikva, es como la historia de los judíos, compleja, controversial, polarizante, emocional con una mezcla de mito y realidad. Su compositor falleció en Nueva York, con depresión y problemas, pero en su funeral se entonó el hatikva mientras sus restos eran despedidos. Hubo que esperar hasta el 2004 para que se nombre como el himno oficial. Y a pesar de todo, siempre se siguió cantando. El Hatikva es mucho más que el himno de un estado, por eso tan controversial. Es el himno de un pueblo, es un cántico que no tiene 100 o 200 años, son 2 mil años de anhelos, sueños y esperanzas, aun cuando los estadistas darían todo por perdido.
La historia del Hatikva es la historia de la esperanza. La que nadie creía, la que todos difamaron, la que no querían hacer oficial, la que se imaginaba que iba a quedar borrada, pero una y otra vez prevalecía.
Tikveinu, el poema original de Neftalí Hertz decía en algunos de sus párrafos:
Mientras las lágrimas de nuestros ojos fluyan como lluvia benévola,
y multitudes de nuestros compatriotas todavía rinden homenaje en las tumbas de (nuestros) padres …
Mientras nuestro precioso Kotel aparezca ante nuestros ojos,
y sobre la destrucción de nuestro Templo, un ojo aún se llena de lágrimas …
Mientras las lágrimas caigan del ojo de una hija de mi nación,
y llorar a Sion a la vigilia de la noche,
ella todavía se levanta en medio de las noches …
Mientras las gotas de sangre en nuestras venas fluyan,
y sobre las tumbas de nuestros padres todavía caen gotas de rocío …
Mientras el sentimiento de amor de la nación palpite en el corazón del judío,
Aún hoy podemos esperar que Dios aún tenga misericordia de nosotros …
Escucha, oh hermanos míos en las tierras del exilio, la voz de uno de nuestros visionarios:
(quien declara) que solo con el último judío, ¡solo existe el fin de nuestra esperanza!
El Hatikva es la esperanza siempre vigente, sobre todo en los momentos más difíciles y oscuros de nuestra historia.
Lic. Uriel Aiskovich
Director de Sinagoga y Proyectos Institucionales del Centro Hebreo Ioná