En el sitial donde desde 2011 se erige el monumento al Holocausto en nuestra ciudad quedó descubierta una referencia histórica.
En esta oportunidad se conmemoraron los 75 años de la liberación del campo de concentración de la ciudad de Auschwitz con lo cual tuvo lugar una emotiva ceremonia que tuvo lugar frente al monumento a la Shoá emplazado sobre la senda de la salud, en Av. Casey entre Urquiza y Alberdi.
La misma fue presidida por las autoridades de la Asociación Israelita local, el Intendente Moccero, concejales, consejeros escolares, funcionarios del gabinete municipal, el Cura Párroco Alejandro Guidobaldi y vecinos en general.
Tras el mensaje de bienvenida de Mabel Brodsky en nombre de la Asociación Israelita de Coronel Suárez y luego de entonarse las estrofas de los himnos nacionales de Argentina e Israel, dejó su significativo y valedero mensaje Mario Jinkis.
“La palabra holocausto significa ‘destrucción total’. Esta palabra, asociada a la Segunda Guerra Mundial y al asesinato de judíos por los nazis, esta palabra se escribe con mayúscula”.
“La palabra original, en griego, significa ‘todo quemado’. Sin embargo, por lo menos desde 1942, la palabra Holocausto se utiliza más a menudo para describir el exterminio de judíos por parte de los nazis”.
“Algunas personas se oponen a las connotaciones religiosas de la palabra, prefiriendo utilizar entonces la palabra hebrea ‘Shoá’ que significa catástrofe”.
“¿Cómo se llora a 6 millones de muertos? ¿Cuántas velas se encienden? ¿Cuántas plegarias se oran? ¿Sabemos cómo recordar a las víctimas, su soledad, su impotencia?”, se preguntó Jinkis trayendo a su mensaje las palabras del escritor húngaro Elie Wiesel.
“Nos dejaron sin dejar rastro, y nosotros somos ese rastro. Contamos estas historias porque sabemos que no escuchar ni desear saber lleva a la indiferencia, y la indiferencia nunca es una respuesta”.
“El deber del superviviente es dar testimonio de lo que ocurrió, hay que advertir a la gente de que estas cosas pueden suceder, que el mal puede desencadenarse. El odio racial, la violencia y las idolatrías todavía proliferan”, agregó luego, concluyendo la reflexión del escritor húngaro.
Más tarde Mario Jinkis citó al Embajadador Mundial de Activistas por la Paz Dr. William Soto, señalando “»Quien olvida su historia está condenado a repetirla. Al cesar la Segunda Guerra Mundial quedó en evidencia toda la brutalidad cometida por Hitler y su ejército. Las tropas aliadas al entrar a los campos de concentración y exterminio se encontraron con imágenes impresionantes y la evidencia de una barbarie que sorprendió al mundo. Este genocidio es uno de los que cuenta con mayor documentación: 72 millones de páginas con informes y registros, aproximadamente 23.000 objetos y 300.000 fotografías. Toda esta evidencia contrarresta cualquier ánimo negacionista”.
“Este hecho histórico también dejó en evidencia que el ser humano es capaz de cometer los peores crímenes, y que en los seres humanos está la semilla del bien y del mal”.
“¿Y cómo corregir el mal? Evitando que esa semilla de odio y de discriminación se propague y germine. Y esa es una responsabilidad de todos como individuos, pero en especial de las autoridades gubernamentales, líderes políticos, sociales, religiosos, formadores de opinión, universidades y los profesores, que pueden gestar y apoyar proyectos educativos que ayuden a cumplir este objetivo”.
Mario Jinkis señaló consideró luego “la barbarie cometida por el régimen nazi no fue solo contra millones de personas, fue un crimen contra la humanidad entera, por lo tanto los testimonios de las víctimas nos dejan lecciones para ser compartidas y aprendidas por toda la familia humana”.
“La historia de los sobrevivientes de los diferentes genocidios no debe ser mirada como un hecho trágico del pasado sino como el testimonio latente de una historia viva, colmada de valiosas enseñanzas para la actual y las futuras generaciones acerca de la necesidad de romper el silencio y contrarrestar el antisemitismo, el prejuicio, el odio y la discriminación”.
“Para que exista un genocidio como el Holocausto debió haber, y de hecho hubo, una preparación sistemática y un adoctrinamiento en función de la convicción errada de la existencia de una raza superior. Este crimen capital, como lo reconoce la historia, se cometió con ventaja, premeditación y alevosía, aprovechándose de la indefensión de un pueblo”.
“Hittler utilizó todos los medios disponibles para difundir su ideología extremista, utilizando la educación como método de adoctrinamiento por eso creemos que es a través de la educación que podemos evitar que otro crimen de Lesa Humanidad acontezca”.
Finalmente, Mario Jinkis citó al ensayista Santiago Kovadloff “pertenecemos a un pueblo y a una cultura que no se ha resignado a darle la última palabra al dolor y ha convertido sus pesares en materia de esperanza. El judío confía en una interpretación más y cree que es posible volver a empezar. El Holocausto no tuvo la última palabra”.
Posteriormente Amanda y Adolfo Kleiner por la Asociación Israelita, el Intendente Municipal Ricardo Moccero y el concejal Oscar Durand depositaron una ofrenda floral a los pies del monumento para dar lugar al rezo de una oración en hebreo alusiva a la recordación por parte de Irene Brodsky.
A su turno, el concejal Oscar Durand recordó la visita a nuestra ciudad en el año 2011 de Eugenia Unger, víctima y sobreviviente de maltratos, hambre y todo tipo de torturas en Auschwitz.
“Eugenia lleva consigo la impresión «48914» en su antebrazo izquierdo como muestra de la crueldad vivida en aquellos terribles días en Auschwitz”.
“Ella decía, entonces, que creía haberse salvado para dejar testimonio, que esa era su fuerza y su misión, dedicando su vida a hacer conocer su historia mediante la publicación de dos libros y muchísimos viajes que le permitieron cumplir su meta, la de no olvidar”.
Durand consideró luego “a 75 años de la liberación de Auschwitz debemos tomar esta fecha como una invitación a la reflexión. Debemos tener memoria del pasado para comprender los dolores que aún quedan y poder así combatir los discursos fundamentalistas de odio y exclusión a nivel global que percibimos hoy en día y que amenazan permanentemente con volver al pasado”.
“Comprendamos que la diversidad humana nos enriquece, eduquemos para celebrarla y aprendamos de lo vivido para convivir en paz en busca de tiempos en que la intolerancia tenga cada vez menor cabida”, concluyó el concejal municipal Oscar Durand.
Finalizados los mensajes, fue descubierta una referencia histórica del monumento gestionada desde hace cuatro años por el concejal Oscar Durand que indica la frase: “La Asociación Israelita de Coronel Suárez ofrece este monumento a la comunidad, siendo réplica del homenaje a los caídos en el Holocausto que se encuentra ubicado en el Museo Yad – Vashem, en Israel”.