Las murallas de Jerusalén (en hebreo, חומות ירושלים) rodean la ciudad vieja de Jerusalém. Las murallas fueron construidas entre 1535 y 1538 por orden del sultán Suleiman I, cuando la ciudad pertenecía al Imperio otomano.
El Paseo de las Murallas es una de las mejores formas de recorrer la Ciudad Vieja de Jerusalén. El trayecto clásico va desde la Puerta de Yafo hasta el Muro Occidental pero después de cinco años de trabajo, los visitantes pueden caminar la ruta completa ya que se añadió una extensión de unos tres kilómetros hasta la Puerta de los Leones desde donde se pueden los barrios cristiano y musulmán y el Monte de los Olivos.
Para amenizar el recorrido, se instalaron barandillas y una nueva red de iluminación.
Quienes recorran este paseo también verán el Monte del Templo, la Iglesia de los Cruzados de Santa Ana, el vecindario de A-Sahara, el Museo Rockefeller, el Monte Scopus el Valle Kidron (Josafat).
El Ministerio de Patrimonio de Jerusalén gastó 3.200.000 de dólares para completar el proyecto realizado por la Compañía de Desarrollo de Jerusalén Este.
“Durante años, la Ciudad Vieja de Jerusalén no se había dado cuenta de su potencial turístico. La nueva sección permitirá a los millones de turistas de la capital experimentarla con una nueva perspectiva”, afirmó Zeev Elkin, titular del ministerio.
Y añadió: “Esta obra se une a proyectos de turismo que aumentarán la cantidad de visitantes cada año, como el teleférico, la accesibilidad en las callejuelas y la renovación del espacio urbano de la Ciudad Vieja”.
De momento, las caminatas por las murallas no son accesibles para personas con discapacidades ni para sillas de ruedas o cochecitos de bebés