JACQUES OFFENBACH a 140 años de su fallecimiento




El 5 de octubre de 1880, en París, moría uno del músicos mas influyentes del siglo XIX, creador de la opereta y la comedia musical, ese día se apagaba la vida de Jacques Offenbach. 

Nacido en Deutz, afueras de Colonia, Confederación Germánica, el 20 de junio de 1819, en el seno de una familia judía que lo llamó Jakob Eberst. Sus padres, Isaac Juda Eberst y Marianne Rindskopf, ambos profesores de música y compositores, decidieron cambiar el apellido de toda la familia por el de la ciudad de sus antepasados, Offenbach. Estudioso y virtuoso ejecutor del violonchelo y el violín, se trasladó a París para perfeccionar sus técnicas en el conservatorio del italiano Luigi Cherubini, su técnica se hizo rápidamente conocido y captado por el Teatro Nacional de la Opéra Comique. Enamorado de la española Herminia de Alcain, en 1844 se convirtió al catolicismo para poder casarse con ella, en 1849 ya era director de orquesta en el Théâtre français. 

En 1855 ya había acumulado decenas de composiciones, generalmente operetas muy alegres, irónicas y desenfadadas que reflejaban un naciente espíritu de la Francia por revolución del ’48. Para tener un lugar propio donde representarlas fundó el “Théâtre des Bouffes Parisiens”, allí vieron la luz piezas magníficas como “Ba-Ta-Clan”, “Orfeo de los infiernos”, “El puente de los suspiros” y “Barbazul”, todas ellas con letra de los mas afamados libretistas de la época. 

 En 1851, Offenbach había visto una representación teatral de “Los cuentos de Hoffman”, se trataba de una adaptación de los escritores Jules Barbier y Michel Carré sobre historias de Ernst Theodor Amadeus Hoffmann, desde ese día había quedado obsesionado con convertirla en una ópera. Jacques pasó 10 años trabajando en ello, para no apartarse de la obra que lo conmovió convocó a los mismísimos autores Barbier y Carré, lamentablemente la muerte lo alcanzó en 5 de octubre de 1880, antes de darle los toques finales, sin embargo la obra merecía ser estrenada. 

El 10 de febrero de 1881, en el propio teatro fundado por Offenbach, se estrenó “Los cuentos de Hoffman”, en el tercer y último acto se puede apreciar una de las piezas mas reconocidas y magistrales del compositor, “Barcarolle”, aunque justamente era la única área no inspirada en los cuentos, sino en su propia composición “Canción de los elfos” de la ópera “Las hadas del Rin”.

Barcarolle por Andrea Bocelli  https://youtu.be/klJgta56tGs

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