Un cuento sin fin…




En estos días estuve leyendo mucho para lograr descubrir lo que sucede en Argentina. Si bien sabemos que somos una cadena de repeticiones constantes y de crisis que se asimilan al pasado, esta vez intenté encontrar la clave del por qué nos sucede esto.

“Vivir con lo nuestro”, una de las publicaciones de Aldo Ferrer, fue una luz al final del túnel. Un texto en donde se resume un poco esta lógica que intenté encontrar y que quiero contarle a cada uno de mis lectores.

Argentina, más allá de sus gestiones gubernamentales, cuenta con un gran potencial en cuanto a su geografía, recursos, capacidad poblacional, entre otras cosas; algo que quizás no poseen otros países hasta más desarrollados. Sin embargo, la interrupción a ese crecimiento se basa directamente en las decisiones que se toman a nivel nacional por quienes siempre estuvieron envueltos en intereses individuales y afectaron con ello la economía.

Para brindar un contexto sobre ello debemos remontarnos a la Dictadura Militar, donde el estrangulamiento económico se debió a las políticas llevadas adelante como el alza de las tasas de interés y el pedido de ayuda a la banca internacional, siendo desde aquellos tiempos el FMI nuestro “aliado”, con el que se debate la renegociación de la deuda y que generó un gran déficit a nivel país.

La historia relata que mucho tiempo después un gobierno democrático implementó el Plan Brady, un conjunto de reformas económicas que pudieron mejorar la situación. Pero, tal como lo comenta Ferrer en sus líneas: “Las mayores amenazas serán planteadas por los grupos internos que manejaron el país en los últimos años y que harán todo lo posible para desestabilizar el orden democrático e impedir el éxito de una política responsable de afirmación nacional y desarrollo económico. Para los herederos de la Argentina preindustrial, los intermediarios del crédito internacional y los manipuladores del poder autoritario, el esquema ortodoxo de ajuste y la subordinación del país es la única vía posible para consolidar su poder, con o sin deuda externa, con o sin Fondo Monetario Internacional”. ¿Suena familiar?

A lo largo del recorrido siempre hay optimismo, el cual busca lograr un acuerdo económico y social que permita el crecimiento de la Argentina, pero la realidad golpea una y otra vez dentro del país, donde la devaluación, el dólar por las nubes, el déficit fiscal, la inflación, la imposibilidad de equilibrio social, la falta de empleo, la pobreza, el FMI, entre otras inmensas variantes, son moneda corriente.

Ligando esto a lo que tiene que ver con nosotros: el retail, el mercado y la industria, la cosa no es sencilla y tampoco difiere del panorama mencionado con anterioridad. Toda medida económica repercute directamente en el bolsillo de los consumidores y en las góndolas de las cadenas, por lo que de continuar esta política y no haber dólares, los importadores no podrán enviar sus productos y la mercadería escaseará produciendo faltantes en góndolas, quiebres de stock, productos discontinuos, crecimiento de segundas y terceras marcas, etc. Y eso que no nos referimos al tema social que también está vinculado a nosotros y es un tema sensible…

En el libro de Ferrer encontré la clave del por qué siempre volvemos al mismo camino. No importa la capacidad que tiene el país para salir y sobreponerse, nunca puede aprovechar ese envión para seguir en alza, y esto es sin duda un problema gubernamental que nunca aprende de los errores del pasado.

No quiero ser pesimista sino realista con este artículo, pero lo cierto es que solo dejarán de servir las líneas de este autor el día que el desarrollo inclusivo en la Argentina encuentre su camino. ¿Alguna vez será posible?

Alfredo Martín, profesor de la UdeCa. 

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