Jóvenes que rompieron con todo!







Discurso de Jean Novels, representante belga, en la Plaza de la República, a 21 de julio de 1936.

Durante años muchas generaciones de judíos europeos habían creído en la prudencia como el único amparo ante los constantes ataques antisemitas que azotaban el continente, esperar y sufrir, esa había sido la consigna que les perseguía como una maldición. Esperaban que alguien les protegiera, les convirtiera en ciudadanos de pleno derecho, les respetara el culto y las tradiciones, para que un día cualquiera, sin previo aviso, les traicionara. Esta tradición malsana fue cambiando a lo largo del siglo XIX y se consolidó en el s.XX. La Guerra Civil Española fue sin duda uno de los acontecimientos que propició este cambió radical de conducta.

Hoy hace poco más de 80 años, 6000 hombres y mujeres judías de diversa procedencia1 se hartaron de esperar y se marcharon a España para hacer frente al fascismo. Por ello, aferrándonos a ese empuje irrefrenable, queremos compartir con ustedes la historia de unos jóvenes que arriesgaron su vida para defender aquello que creían irrenunciable.

La Asociación Cultural Judía, ACJ.

A principios de 1935, un año y medio antes del estallido de la guerra, la idea del boicot a los JJOO que iban a celebrarse en Berlín, capital del nazismo, toma fuerza entre el asociacionismo obrero internacional. Meses después, tras la aprobación de las Leyes de Nuremberg, proliferarán las acciones anti-apartheid de agrupaciones deportivas populares, mucha de ellas de base judía. Un año más tarde, entre los meses de marzo y junio de 1936, e impulsado por las activas agrupaciones populares catalanas, entre las que destacan las secciones deportivas del CADCI y el Ateneu Enciclopèdic Popular, se crea con el apoyo de la Generalitat el Comité Organizador de la Olimpíada Popular (COOP), con el objetivo de celebrar unos juegos populares de carácter antifascista que sirvieran de contrapeso a los JJOO de la Alemania nazi.

Entre las entidades organizadoras de la Olimpiada Popular encontramos una asociación fundada a principios de 1936 por un puñado de refugiados judíos antifascistas, la Asociación Cultural Judía (AJC). Jechiel Szulewic era uno de sus miembros. Nacido en 1915 en Zyrardów, en la circunscripción polaca de Lodz y descendiente de una familia rabínica fundadora de la Hashomer Hatzair (organización de la izquierda sionista), había emigrado hacia el oeste a muy temprana edad. Tras pasar por Viena y Paris llega a Barcelona a comienzos de 1935:

“Fui a España porque no tenía trabajo. Tenía un amigo en Barcelona, Jacques Penczyna2, el cual me recomendó venir. Allí trabajé de sastre con Szaja Kinderman […] A finales de año fundamos la Asociación Cultural Judía. Fue legalizada gracias al abogado Gallo3. Todos los emigrantes judíos de Alemanía, Hungría y otros países, que vivían entonces en Barcelona, ingresaron en la organización. Cuando en febrero de 1936 triunfó el Frente Popular en las elecciones generales, se decidió celebrar una Olimpiada Obrera en Barcelona. Esa fue una de las tareas de la Asociación […]”.

David Diamant, historiador francés, recuerda los inicios de la ACJ:

“Entre los cientos de judios instalados en Barcelona, había un grupo de progresistas que habían conseguido desde el principio contactar con las organizaciones obreras locales. A partir del modelo de la gran Liga Cultural de Paris, organizaron una “Unión Cultural”en Barcelona. Allí, trabajadores de lengua yiddish y tradición progresista iban a menudo a reuniones y conferencias.”4

Diez días antes de la victoria del Frente Popular en las elecciones generales, se instituye de forma legal la asociación. Formada en un principio por 35 miembros, en su mayoría refugiados judíos que habían llegado a Barcelona huyendo del nazismo, llegara a la centena en el mes de marzo.


A simple vista su fundación resulta innecesaria ya que en aquella época ya existía en la ciudad otra organización que se dedicara a ofrecer respaldo a los refugiados judíos recién llegados. Se llamaba Ezra y estaba integrada en el HICEM5. Sin embargo esta asociación había rehusado constantemente la ayuda a varios refugiados comprometidos políticamente, anarquistas y comunistas en su mayoría. Ese, sin duda, fue uno de los motivos que impulsaron la creación de la ACJ. Desde un inicio ambas organizaciones mantuvieron las distancias. Con el estallido de la Guerra Civil el enfrentamiento fue a más. El 23 de octubre la Ezra fue disuelta por los órganos de gobierno, en parte por las presiones de varios miembros activos del ACJ.

La actividad de la ACJ fue muy prolífica. Durante los primeros meses se dedican a organizador conferencias con el propósito de movilizar a la opinión pública en contra del nazismo y la persecución de judíos. El propio Manuel Galés, abogado y parlamentario que hizo la gestaciones de la legalización de la asociación, impartirá varias de ellas.

El día 9 de marzo de 1936 la ACJ celebra junta general6. En ella se trata sobre la actuación de las organizaciones nazis en Barcelona y su actuación oculta. En el orden del día se discute sobre un artículo del diario alemán «Deutsche Allgemeine Zeintung», en el que se alienta a que dichas organizaciones presentes en el extranjero intervengan en la política interior de los respectivos países. Ante esta situación, la asamblea vota una resolución rogando a la Generalitat que prohíba las organizaciones nazis de la ciudad, que actúan bajo el amparo del consulado alemán. También se acuerda facilitar una lista de los individuos alemanes que trabajan en Barcelona para la Gestapo.

Uno de los temas más tratados por la ACJ durante las primeras semanas tras su fundación – que además fue objeto de disputa entre nazis y residentes judíos de la ciudad – fue el caso de David Frankfurter, un joven judío de 26 años, estudiante de medicina, que la mañana del 4 de febrero había asesido en Berna a Wilhelm Gustloff, jefe de la Sección de Asuntos Exteriores del partido nazi en Suiza.

David, natural de Daruvar7, se había trasladado a Alemania para estudiar la carrera de medicina. Tras el ascenso del nazismo y la implementación de las leyes raciales había sido expulsado de la universidad, obligándole a trasladarse a Suiza para continuar sus estudios. Allí, entre los alemanes y los suizos de habla alemana, el movimiento nazi había ido ganando terreno, y Wilhelm Gustloff era uno de sus líderes más destacados. En febrero de 1936, tras dos años de continuas vejaciones, incapaz de soportar el aluvión de insultos, humillaciones y ataques contra el pueblo judío, del cual se sentía muy orgulloso, Frankfurter compra una pistola y busca la dirección de Gustloff en el listín telefónico. A la mañana siguiente se dirige al domicilio de los Gustloff. La esposa de Wilhem le recibe cordialmente, mostrándole el estudio donde en ese momento está trabajando su marido. Le pide que espere ya que Wilhem está atendiendo una llamada telefónica. David hace oídos sordos de la sugerencia de la joven Hedwig he irrumpe en el estudio empuñando el arma que llevaba escondida bajo su abrigo. Gustloff, sentado frente a una mesa presidida por la imagen de Hitler, permanece inmóvil, paralizado ante la imagen amenazante del intruso. David se presenta a sí mismo como judío y dispara en cinco ocasiones sobre la cabeza, el cuello y el pecho de Guestloff. Su esposa estalla en cólera y se desploma. David abandona el hogar de los Guestloff encaminándose hacia la vivienda del vecino, donde preguntará por usar el teléfono. Seguido llama a la policía y confiesa los hechos. El asesinato de Gustloff resonó en toda Europa, en parte gracias a la propaganda nazi dirigida por Joseph Goebbels.

El 1 de marzo aparece una nota en el diario La Publicitat en la que el ACJ convoca a una conferencia sobre el caso titulada “El atentado de Frankfurter y la situación de los judíos en Alemania”:

Semanas después, el 17 de marzo, aparece otra nota en el diario L’Humanitat en la que se informa sobre la resolución de la AJC sobre el caso Frankfurter:

El 1 de abril La Publicitat anuncia que el presidente de la Generalitat, Lluís Companys, recibe a una representación de la Asociación Cultural Judía, cuyo objetivo es denunciar la impunidad de los nazis que actúan en la ciudad de Barcelona:


La Olimpiada Popular

El septiembre de 1935, la aprobación de las Leyes de Nüremberg, que discriminaban abiertamente a los judíos en la vida pública alemana, confirmaba el temor de unos juegos olímpicos racistas. A pesar de que el Comité Olímpico Alemán prometió el respeto hacia toda raza y religión durante los juegos, el equipo deportivo alemán que asistió a la Universíada de Budapest de 1935, no incluía ningún atleta de origen judío. Aquel mismo año, en los Estados Unidos se creó el Comité por el Juego Limpio en el deporte, con la colaboración de políticos, sindicados, representantes religiosos e intelectuales universitarios, que aglutinaba los amplios sectores que defendían el boicot a los Juegos Olímpicos de Berlín.

La Olimpiada Popular formaba parte de esta iniciativa contraria a los Juegos de Berlin y debía haber tenido lugar entre el 19 y 26 de julio de 1936 pero el estallido de la Guerra Civil Española puso fin a la iniciativa antes de su comienzo.

Entre las delegaciones extranjeras que acudieron a Barcelona para participar en la Olimpiada Popular encontramos a una nutrida representación belga, entre la que destaca el Y.A.S.K, Yiddisher Arbeter Sport Klub, de Amberes. A día siguiente de su llegada, el 18 julio de 1936, se topan con el alzamiento militar. Algunos de sus integrantes se lanzan a la calles para hacer frente a los sublevados. Entre ellos destaca la figura de Emmanuel Mink, alias Mundek, joven deportista del Y.A.S.K, que había huido de Polonia en 1932 ante el peligro de ser arrestado por su militancia comunista. Desde entonces residía ilegalmente en Amberes:

«Las calles están vacías bajo un sol abrasador (…) en la Plaza del Comercio chocamos con las primeras barricadas (…) cientos de metros más lejos vemos a unos sindicalistas armados (…) las barricadas aparecen cada 100 metros. Todas las calles laterales están bloqueadas (…) nos deslizamos a lo largo de las fachadas de las casas. Las balas silban a través de la plaza. Instintivamente doblamos la espalda y nos refugiamos en un portal (…) Vemos claramente cómo desde el campanario de una iglesia los francotiradores disparan por la espalda a los trabajadores que se encuentran tras las barricadas.»

La delegación de Y.A.S.K fue engullida por la ola del entusiasmo revolucionario que empapó la ciudad. El 21 de julio, su presidente, Dov Liebermann, pronuncia un discurso enfervorecido en la Plaza de la República – hoy Plaça Sant Jaume-, recordando los 450 años que habían pasado tras la expulsión de los judíos, arguyendo que el judío y el español luchaban por fin hombro con hombro contra un enemigo común, el fascismo: «Su victoria – refiriéndose a los republicanos españoles- traerá nuestra libertad8«, concluía Liebermann.

En La Vanguardia del día 24 de julio de 1936 se podía leer:

«Es tal el entusiasmo que la causa republicana ha despertado en estos atletas que muchos de ellos se han alistado en las milicias populares, saliendo para Zaragoza y otros puntos.»

Muriel Rukeyser, poeta americana, cubría la Olimpiada Popular para el Daily Worker:

“Se nos hizo responsables como extranjeras cuando Martín, el organizador de los juegos, dijo ‘vinisteis a los juegos y os habéis quedado para testimoniar el triunfo del Frente Popular. Vuestra tarea está clara: volved a vuestros países y transmitid todo lo que habéis visto en España”.

Muriel vive en Barcelona la primera semana de lucha fratricida. Su poema “Mediterranean” describe la salida rumbo a Sète del barco Ciudad de Ibiza. En este navío fueron evacuados el 25 de julio los norteamericanos, belgas y húngaros que habían acudido a la ciudad para participar en la Olimpiada Popular. El poema termina con una invocación precisa:

“Haz de cada uno de nosotros

un continente y un amor interior,

la Atlántida sepultada afuera

que ha de ser ganada.”

Durante las primeras semanas de la contienda Emanuel Mink marchará al frente de Aragón con el Grupo Thaelmann. meses más tarde llegará a comandar la compañía Botwin, integrada exclusivamente por judíos. Emanuel recuerda aquellos días que lo cambiaron todo:

“En Barcelona nos encontramos con deportistas obreros de muchos países, entre ellos a muchos judíos, también de Palestina. Poco antes de la inauguración de la Olimpiada nos sorprendió el golpe militar de Franco. Por las grandes avenidas de Barcelona, por las Ramblas, vimos carteles gigantescos en los que se llamaba a los obreros a las armas. Junto con un amigo húngaro nos presentamos el 21 de julio en una oficina de reclutamiento. Explicamos a los funcionarios que nosotros, en tanto que deportistas obreros judíos, queríamos combatir a los fascistas y recibimos un carnet que nos acreditaba como soldados de la milicia obrera […] Me hicieron miembro del Grupo Internacional que se formó al día siguiente, el grupo se dio el nombre de Thälmann […] estaba integrado casi exclusivamente por judíos polacos y judíos alemanes que ya vivían en España antes del golpe. Nos contaron que ya el día 17 de julio se habían aprovisionado de armas, pues en aquel entonces era un secreto a voces que los militares se sublevarían.Un grupo compuesto por seis personas se dedicó a ir por las tiendas de artículos de caza y compró algunas escopetas y un revólver. A ese grupo pertenecían Schaja Kindermann9 y Jacques Penczyna10, ambos obreros judíos de Bélgica que habían encontrado trabajo dos años antes en Barcelona […] Nos formamos el 23 de julio de 1936 en la plaza Cataluña y marchamos hacia la estación. Miles de personas nos saludaban con entusiasmo por las calles. Entonamos canciones revolucionarias, como Avanti popolo, Junge Garde o Rote Fahne […] En mi compañía había cinco parejas, de las cuales tres estaban en nuestro grupo, Max y Golda Friedemann, Franz Loewenstein11 y su esposa, y Erwin Wohlrath y Käthe Hempel, ambos de suiza.”

Uno de aquellos héroes anónimos que decidió quedarse y combatir junto a las milicias antifascistas fue Abrascha Krasnowiecki, mejor conocido como Krasny. Nacido en el seno de una familia pobre de Bialystok, Polonia, desde muy joven frecuenta los círculos bundistas. Tras muchas detenciones y ante el acoso de la policía decide emigrar. Se asienta en Amberes donde se relacionará con los asociaciones obreras judías. Será expulsado en repetidas veces del país. Abrascha era un futbolista de grandes dotes y jugaba en el equipo del YASK. El 17 de julio de 1936, partirá, junto a Emmanuel Mink, con la delegación del club hacia Barcelona para participar en las Olimpiadas. Tras el estallido de la guerra se unirá como voluntario en el grupo Thealmann12, integrado en su mayoría por refugiados judíos. Comandada por Max Friedemann, miembro destacado del Socorro Rojo Internacional, participará activamente en los primeros combates en el Frente de Aragón.

Krasny morirá en Tardienta el 14 de abril de 1937, su cuerpo descansa en un lugar indeterminado del Frente de Aragón.


1 Polonia 2,250; Estados Unidos 1,250; Francia 1043; Palestina 500; Alemania 400; Gran Bretaña 200–400; Bélgica 200; Austria 120–150; Canada 71; Union Soviética 53.

2 Más conocido como “Le petit Jacques”, uno de los fundadores del grupo Thaelmann. Según un corresponsal de un periódico yiddish de París, el Der emes vegn Spanien, se autodenominaban Grupo Judío Thaelmann.

3 Puede que se refiera a Manuel Galés i Martínez (Valls, 1894 – Ciutat de Mèxic, 1962) abogado y político catalán, represaliado y exiliado a México al acabar la Guerra Civil Española. Galés participará activamente en las actividades organizadas por la ACJ en su sede, sito en el número 6 de la calle de les Moles.

4 DIAMANT, David, Combattants juifs dans l’armée républicaine espagnole

5 Organización establecida en 1927, cuyo objetivo era ayudar a los judíos de Europa en su propósito migratorio. El HICEM fue el resultado la fusión de tres organizaciones judías de migración : el HIAS (Immigrant Aid Society hebreo), basada en Nueva York; la ICA (Jewish Colonization Association), con base en París pero registrada como una sociedad de caridad británica; y la Emigdirect, basada en Berlín.

6 Ver la investigación del historiador Julià Rodriguez Cámara (Source)

7 Nace en 1909 en Daruvar, territorio perteneciente entonces al Imperio Austro-Húngaro, hoy Croacia.

8 Die Jiddische Presse, 31 juli 1936.

12 Entre sus miembros encontramos a Golda Friedemann, esposa de Max, Chaim Besser, conocido como Jaime Besser, Franz Löwenstein, Werner Hermelin, Gustav “Scholem” Schnitzer, Egon Infeldt, Hessenthaler, Salomon Weinrot, Martin Führer, Eisik Hoffmann, Edwald Maus, Gert Wohlrath, Emanuel Mink, Walter Boch, Käthe Hempel.

 Kurt Blachstein / Mozaika

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