“El país evitó el precipicio, porque un default hubiese sido caerse del mundo” David Vogel

David Vogel, economista que reside en Maryland, Estados Unidos, que representó a su país, Uruguay ante el Fondo Monetario Internacional entre los años 2000 y 2020 analizó en Radio Jai el momento que transita la Argentina frente a las negociaciones con el FMI.

“Es un acuerdo muy importante para el Fondo y absolutamente vital para la Argentina”. Lo es para el Fondo porque, como sabemos, la Argentina es el crédito más grande que tiene la institución “por lejos”. La tercera parte de lo que tiene prestado, es Argentina, luego está Egipto con la casi la mitad de lo que adeuda nuestro país, y mucho después se encuentra Ucrania con cinco veces menos; y que por eso, el default era para el Fondo un evento complicado.

Para la Argentina esta posibilidad de acuerdo (todavía en etapa de entendimiento) sería vital. El acuerdo no significa que lloverán inversiones, que habrá crecimiento, que bajará la inflación, sino que el país evitó el precipicio, porque un default hubiese sido caerse del mundo, de la comunidad financiera internacional, casi como el par de países que no forman parte del Fondo. La alternativa hubiera sido una explosión de tipo de cambio, inflación mucho más alta etc.

Respecto de un documento previo al acuerdo que presentó el Fondo, relacionado con el acuerdo anterior, el economista manifestó que ese documento tuvo una influencia muy importante porque el programa de 2018 dejó una deuda imponente con el Fondo. Y en ese programa se cometieron errores. Podemos discutir mucho sobre cómo se gestionó dicho acuerdo, explicar que se agotaron créditos para nuestro país, en momentos de grandes turbulencias en el mundo, en los que Argentina y Turquía fueron los países que sufrieron más el impacto. Además, que el déficit fiscal venía del gobierno anterior, del de Cristina Kirchner, pero que tampoco el gobierno de Mauricio Macri no bajó el déficit como había sugerido antes.

“Lo cierto es que la Argentina pidió ese préstamo al Fondo y adentro del FMI, sus funcionarios sabían que ese acuerdo no era sostenible, no lo era económica, ni política, ni socialmente”. Y eso sucedió porque apareció Donald Trump para presionar a Lagarde, en ese momento la Directora Gerente del FMI y ésta, al staff de la institución.

El Documento de Evaluación que salió hace algunas semanas, tiene varios aspectos sustantivos y dijo que deseaba subrayar uno de ellos: “Los directores ejecutivos en el resumen de la reunión, (los representantes de los países)  estuvieron de acuerdo  que el stand by, el programa de 2018, fue consistente con las políticas del Fondo, pero reconocieron que algunas de estas políticas fue afectada por un considerable juicio. En otras palabras, las políticas, las presiones de la administración Trump, afectaron las valoraciones técnicas, y, a pesar de que ya no esté ni Trump ni Lagarde, ni los que estuvieron en aquella negociación, para el Fondo esto es “casi un cargo de conciencia”. Esto significa que el actual gobierno argentino siempre contó con una ventaja en las negociaciones por este motivo, que queda explícita en este documento. Por otro lado, el programa de 2018 fue el número veintiuno de la Argentina con el FMI, y que el primero había sido en 1958,  que muy pocos finalizaron, que tal como se preveía, la mayoría “descarriló” antes.

Sobre si hay temor de que Argentina incumpla con el acuerdo, una vez sorteados los pasos para arribar a él, señaló: “Siempre existe esa posibilidad, pero espero que esta vez sea una excepción, pero antes deberíamos saber cuál es el contenido del acuerdo, puesto que aún no tenemos conocimiento de ello, creo que en esta oportunidad, algunos aspectos del mismo serán diferentes”. Este programa es de “facilidades extendidas”, es diferente al de stand by, los próximos pagos comenzarían a efectuarse a los cuatro años y medio de cada pago recibido, hasta los diez años, por lo que Argentina comenzaría a pagar a mediados de 2026.

El economista remarcó la importancia de diferenciar la naturaleza del acuerdo stand by con el de facilidades extendidas. Explicó: El stand by suele aplicarse cuando hay una crisis inmediata, como por ejemplo en 2018 cuando se ‘secaron’ los créditos del exterior.“ El de facilidades extendidas es para resolver problemas más de índole estructural, por lo que, además de la condicionalidad cuantitativa, este tipo de acuerdo tendrá una mayor carga de condicionalidad estructural, que procura ayudar a que, el país que pide esta facilidad pueda, no solo resolver un problema inmediato, sino que apunte a zanjar sus problemas crónicos. En el caso de Argentina, estos son: crecimiento anémico, desequilibrios fiscales, falta de credibilidad de las políticas monetarias, alta inflación. Ahora resta ver cuál es el contenido del acuerdo y la voluntad política de este gobierno y de los futuros para concretar las metas.

Sobre lo que se considera una demora para la firma del trato, Vogel, coincide en que hubiera sido mejor haberlo firmado antes, porque se hubiesen evitado muchos males, como la gran caída de las reservas del Banco Central.

Argentina debió haber firmado el acuerdo en 2021, puesto que en 2020 hubiese sido muy difícil que el gobierno de Trump lo apoyase. Respecto de por qué es ahora el momento del acuerdo, Vogel sostiene la teoría de que la vieja estrategia del “policía bueno y del policía malo” es una de ellas. El viernes pasado hubo un vencimiento de la deuda, que era el último pago que la Argentina hubiese podido hacer al Fondo con reservas propias, sin acceder a un nuevo programa y por tanto, una refinanciación por parte del Fondo. El de fines de marzo, que tendría una nueva cancelación ya no lo podría hacer. Los negociadores argentinos, frente a sus pares del FMI, seguramente habrán dicho: “Miren que allá hay quienes no quieren pagarles, muchos dentro del oficialismo, por tanto, si no llegamos un acuerdo hoy, mañana ya no pagamos”.

Acerca de la política de la Argentina y si ello afecta las cuestiones económicas de nuestro país, Voguel dijo que el FMI es una cooperativa de países, hoy de 190, donde cada uno tiene una cuota y un poder de voto, de acuerdo con variables, según el tamaño de su economía. Estados Unidos es el accionista mayoritario con algo más de 16 %, le siguen China y Japón con alrededor del 6%. Por ello, sin el apoyo de Estados Unidos, resulta imposible que un programa prospere, especialmente cuando se trate de un país de nuestra región. Por ello, le llamaron mucho la atención los últimos “coqueteos” geopolíticos que la Argentina realizó las últimas semanas. Opina que esos coqueteos no explicita, pero sí implícitamente estuvieron sobre la mesa de negociaciones. Debido a eso, piensa que el gobierno de la Argentina estará más alejado, en los próximos tiempos, por ejemplo, de Nicaragua, Venezuela, Rusia, de Irán entre otros, porque, hay que recordar que las revisiones son trimestrales y que para el apoyo de Estados Unidos, cada revisión es fundamental.

 

Redacción gentileza de la Profesora Cita Litvak

 

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