
Belleza interna y externa. Las grandes ciudades frente a los pequeños pueblos.
El gran sabio Rabí Iehoshúa era el epítome de sabiduría y amabilidad. Por esa razón, una condesa romana se sorprendió muchísimo al conocerlo y descubrir que físicamente era tan poco atractivo. La condesa hizo un comentario sobre el tremendo contraste entre su interior y su exterior. En respuesta, Rabí Iehoshúa sugirió que ella vertiera un poco de su vino más valioso en un recipiente de oro. Ella lo hizo, y unos pocos días después descubrió (para su horror), que el vino se había podrido.


