Joe Biden y el Príncipe Salman bin Abdel Aziz
Es la mayor de las ironías. No hace tanto tiempo que se pensaba que Arabia Saudita era un enemigo implacable de Israel y del pueblo judío.
Los saudíes no eran simplemente un enemigo del Estado judío, usando su riqueza petrolera para financiar grupos palestinos; Riad era también el principal financiador de las madrazas islámicas fundamentalistas en todo el mundo, instituciones que estaban alimentando una nueva oleada de antisemitismo global.
Hace una generación, los planes estadounidenses de vender a los saudíes aviones de alerta temprana y de control de combate (AWACS) que no eran de naturaleza ofensiva desencadenaron una de las mayores y más crueles luchas políticas que se recuerdan, en la que el grupo de presión del AIPAC entabló una dura batalla con la administración Reagan.