En entregas anteriores nos hemos referido, en el marco de las relaciones judeocristianas a la definición de las Orientaciones y Sugerencias para la Aplicación de Nostra Aetate que las relaciones con el Estado de Israel debían verse a la luz del derecho internacional.
Esta afirmación parecía ignorar la importancia que para el alma judía tiene el mismo. Sin embargo fue un gran avance pues explicaba a los católicos, a quienes estaba dirigido el documento, que no había cuestiones teológicas pendientes.
Para comprender esta afirmación veamos los antecedentes.
En 1897, cuatro meses antes de reunirse el Primer Congreso Sionista, en Basilea, en la revista jesuita La Civiltà Cattolica se expresó que para la Iglesia Católica la idea de un estado judío en Tierra Santa, con Jerusalén como capital y con custodia sobre los Santos Lugares era inadmisible.… Leer más