Es evidente que la doctrina militar de Rusia está estrechamente relacionada con la seguridad europea -lo cual es evidente incluso después de la guerra fría- y, en cualquier caso, es completamente independiente de la configuración política interna del régimen ruso.
Por lo tanto, estudiar la evolución de la doctrina militar de Rusia significa predecir, a la inversa, gran parte del futuro estratégico de Europa y obviamente también de la OTAN.
Un futuro estratégico que sigue ligado al de los Estados Unidos -y no sólo en el seno de la Alianza Atlántica- pero que vive situaciones que habrían sido inimaginables durante la Guerra Fría: la desestabilización del Mediterráneo; la yihad; la tensión irano-saudita; el nuevo papel desempeñado por Israel; las más o menos artificiales “primaveras árabes”, la nueva inmigración procedente del África subsahariana y, por último, la nueva ruta de la seda de China.… Leer más