Voy a hacer una confesión pública sobre mí. Ser una mujer judía ante la proximidad de la celebración de nuestro Pésaj, nuestra Pascua.
Nací de padres inmigrantes de Ucrania y Polonia. Los dos llegaron perseguidos por el antisemitismo. Mi padre por las incursiones de los cosacos con sus pogroms y el comunismo en su avance para derrocar al zar. Llegó a la Argentina solo, siendo, sin idioma y trabajando, pudo traer sus padres y tíos, menos a dos que por haber sido estudiantes universitarios con el triunfo de la Revolución rusa ya eran patrimonio del estado.… Leer más