Portugal ha estado en el centro de atención últimamente, no solo por la ley de nacionalidad que otorga la ciudadanía a los judíos sefardíes desde 2015, sino también por lo acogedor que es para los turistas judíos y los israelíes que se mudan allí.
La reconstrucción y promoción de los sitios del patrimonio judío desde Belmonte hasta Braganca, Oporto y las Azores ha fortalecido el turismo, incluso en regiones rurales y aisladas, atrayendo a decenas de visitantes cada año.
Desde 2015, la población judía en Portugal ha crecido de 600 a aproximadamente 4.000, un nuevo pico de su población.