La Declaración del Establecimiento del Estado de Israel (1948) garantiza la libertad de culto a toda la población. Toda comunidad es libre, por ley y de hecho, de practicar su fe, observar sus festividades y su día semanal de descanso, y de administrar sus asuntos internos. Cada comunidad tiene sus propios consejos y cortes religiosas, con jurisdicción sobre todos los asuntos religiosos y de status personal, como matrimonio y divorcio. Cada una tiene sus propios lugares de culto, habiendo desarrollado a lo largo de los siglos rituales tradicionales y características arquitectónicas especiales.… Leer más