Su forma melódica de hablar (la tonadilla como se le dice); su destreza para las faenas del campo y hasta la forma en que toma el mate son propias del gaucho argentino. En este caso, de un gaucho que salpica la conversación con palabras en yidisch, el dialecto de los judíos del Europa del este.
Inmigración previa al siglo XX
El abuelo del gaucho Jaime formó parte de la inmigración que llegó a la Argentina a finales del siglo XIX, a establecerse en las colonias agrícolas creadas por un alemán de origen judío: el barón Mauricio Hirsch.