Es el dueño de Europa, pero tiene miedo. París es suya y no lo es. Cómo explicar si no esta visita contrarreloj, propia de una agencia de turismo de barrio: recorrer la capital de Francia en tres horas y media, en una ordenada sucesión de edificios, a los que no se puede dedicar más tiempo del preestablecido para cumplir un horario autoimpuesto.
Adolf Hitler, que acaba de derrotar a la poderosa Francia en un puñado de semanas y ha dejado a los ingleses con un ejército sin armas, visita París de forma furtiva, como un ladrón.… Leer más