Quienes entendemos al oficio como un acto de devoción comprendemos claramente por qué la música ocupa cada vez un lugar más importante. ¡Qué mejor plataforma de elevación que esa creación casi sobrenatural que poseen ciertas melodías? ¿Acaso no es posible percibir el hálito divino en el Bolero de Ravel, o en algunas obras de Lennon y McCartney?
Pero esa inteligente utilización de la música como vehículo no es un descubrimiento moderno, ya que absolutamente todo el Tanaj posee notación musical. Sobre cada palabra, un pequeño grafismo indica con qué melodía se cantará esa expresión, por ello muchos interpretes de los textos bíblicos insisten que solo es posible inteligir el verdadero sentido de una expresión bíblica al cantarla, ya que así sabremos por ejemplo si se expresa alegremente (mayores) o tristemente (menores).