El presidente de EEUU, Donald Trump, ha mediado en la normalización entre Israel y dos de sus antiguos enemigos árabes –y se espera que se sumen unos cuantos más–. Asimismo, ha lidiado con el último resquicio de conflicto en la antigua Yugoslavia mediando en un acuerdo entre Serbia y Kosovo.
¿Tendrán sentido del humor después de todo, los políticos noruegos? ¿O están siendo deliberadamente provocadores al proponer al presidente Donald Trump para el Nobel de la Paz en medio de la mayor campaña de character assassination que haya padecido un político occidental en los últimos tiempos?