Hace setenta y cinco años, el muelle de la Sala 600 del Palacio de Justicia de Nuremberg estaba repleto de algunas de las figuras más infames del siglo XX: Hermann Goering, Rudolf Hess, Joachim von Ribbentrop y otros 18 nazis de alto rango.
Todavía no se les conocía como criminales de guerra; era un cargo que no existía hasta que comenzaron los juicios de Nuremberg el 20 de noviembre de 1945, en lo que ahora se considera el lugar de nacimiento de una nueva era del derecho internacional.
Los procedimientos abrieron nuevos caminos al responsabilizar individualmente a los líderes gubernamentales por la agresión y la matanza de millones de inocentes.