Había una vez un país que recibió un atentado terrorista contra una sede diplomática. Fue posible probablemente porque las fuerzas de seguridad y servicios de inteligencia del país donde se realizó el atentado no tomaron los lógicos recaudos y prevenciones para evitar el mismo. Aunque rápidamente se organizó una pulcra y profunda investigación que incluyó a fuerzas de seguridad idóneas, profesionales y honestas que instruidas por una justicia proba e independiente llegó con velocidad a la verdad y juzgó a los culpables.
Asimismo, las autoridades gubernamentales junto con los servicios de inteligencia y las fuerzas de seguridad tomaron en consideración las motivaciones que generaron el atentado terrorista, realizaron una extensa autocrítica y evaluaron las debilidades de seguridad del país; también establecieron y ejecutaron un plan de trabajo que posibilitó, desde ese momento hasta la fecha que nunca más se lleve adelante ningún atentado terrorista en su territorio.