Y júntalos uno con el otro como una sola vara, y serán uno en mi mano
Ezequiel fue un profeta hijo de sacerdote y probablemente sacerdote él también. Vivió en los días del exilio, se supone que residía en Babel.
Tuvo la terrible experiencia de vivir la destrucción de Ierushalaim, a él pertenecen las profecías de la “carroza celestial”, Majaseh Mercaváh, como la de Hajatsamot Haieveshot, la de los huesos secos, que nos habla de la resurrección y el renacimiento del pueblo de Israel.
Y de algún modo se hace presente en esta haftará.