Empresarios sirios que vendían apartamentos a inversores en Dubái, hicieron un trato con el empresario Haim Weizmann y cuando se enteraron de que era judío, decidieron donar una sinagoga a su proyecto inmobiliario.
“Hice el trato de mi vida aquí, creo”, dijo Weizmann en una conversación con Arutz Sheva. “Es un edificio sirio, y cuando oyeron que soy israelí, hice un trato con ellos para que grabaran las Estrellas de David y me dieran esta sinagoga, aquí dentro del edificio residencial de 180 unidades”.
“Esta es una sinagoga que me donaron”, enfatizó.