Beatriz W. de Rittigstein
Las velas encendidas día a día hasta completar las ocho del candelabro llamado januquía, recuerdan el milagro de la pequeña vasija de aceite que sólo servía para iluminar el Templo durante un día, pero duró los ocho días necesarios para producir la cantidad de aceite apto para la rutina litúrgica. Más allá de ese mágico milagro, está otro más asombroso e importante: el de la libertad para seguir siendo judíos practicantes, el derecho reconquistado en ese combate epopéyico y triunfal logrado por los Macabeos (el movimiento judío insurrecto), frente a la hegemonía helena en Israel.… Leer más