Por Eitan Fischberger
La Copa Mundial de Fútbol de 2022 comenzó en Qatar en noviembre con mucha fanfarria y controversia. Qatar, que ganó en dudosas circunstancias en 2020 el derecho de albergar el Mundial, aprovechó esa posición para embarcarse en un esfuerzo intensivo para reforzar su imagen pública en Occidente y, en respuesta, recibió un torrente de críticas por su historial de derechos humanos con respecto a las mujeres, personas LGBTQ y trabajadores migrantes. Aunque todavía no sabemos quién es el verdadero vencedor de esta “guerra de imágenes”, la saga ya ha proporcionado información valiosa sobre las tácticas clave que utiliza el régimen en sus batallas y también ha mostrado uno de los métodos que los ciudadanos preocupados y las organizaciones de derechos civiles pueden usar para bloquear la ofensiva de encanto de Qatar, que continúa ofuscando sus políticas represivas.… Leer más