El 27 de enero se cumplen ochenta años de la liberación del campo de exterminio de Auschwitz, y la fecha ha sido designada desde el 2006 como Día Internacional en Memoria de las Víctimas del Holocausto por la Asamblea General de las Naciones Unidas.
Un evento y una conmemoración que de alguna forma debería significar un amargo recuerdo de aquello que nunca se repetiría. No ha sido así, y no es así. Lo impresionante de esto es, precisamente, lo poco que impresiona al mundo entero, incluyendo la parte que se considera más civilizada.
