Klaus Barbie, el jefe de la Gestapo en Lyon, que le gustaba ser temido y disfrutaba mostrarle a sus subalternos en los operativos la ferocidad con la que debían desempeñarse, fue responsable de más de 4000 asesinatos y 7000 deportaciones, además de la muerte de 44 niños judíos en un asilo. Aún así, logró escabullirse en tierras lejanas por la protección de agencias de inteligencia y dictaduras. El perfil alto que mantenía y la víctima que lo reconoció en las fotos de un diario limeño junto a ministros y empresarios
Por Matías Bauso
Durante la Segunda Guerra Mundial, los hermanos de Simone Lagrange estaban en la Resistencia francesa.
