Al principio, se cargaban las baterías 24 horas seguidas por recomendación de los fabricantes. Las baterías pesaban demasiado, duraban poco y su volumen era antiestético. No se podían llevar en el bolsillo, y se utilizaban porta celulares para llevarlas en la cintura. La tecnología fue avanzando. Las baterías se fueron volviendo más finas y livianas, los teléfonos más futuristas, colores más osados, funciones nuevas… Las competencias entonces se volvieron por las capacidades de almacenamiento, por las definiciones y megapíxeles (medida que determina la resolución de la cámara, por la profundidad del zoom), por los materiales de las baterías, por la duración de carga, por la disminución en el tamaño de los cargadores.