CUENTOS DEL SHTEITEL
Cierta vez Hershele paso en Berdichev frente a una panadería de la que salia un delicioso aroma a pan recién horneado y a facturas frescas.
Como de costumbre, el no tenía un solo céntimo en el bolsillo pero el olor a pan fresco lo llamaba, entonces entro y pidió un panecillo de cebolla. Cuando se lo trajeron dijo: Cambie de ida, si no hay problemas prefiero cambiarlo por un beiguele de queso. Como no – le dijo el panadero, cuesta lo mismo.
El panadero se llevo el pancito y le trajo el beiguele.