EL DÍA EN QUE ISRAEL «PIDIÓ PERDÓN» A LOS BEATLES

   Hay varias historias que tratan de explicar por qué los Beatles jamás tocaron en Israel. Lo cierto es que el concierto -que iba a realizarse en 1965- nunca sucedió, al parecer por un exceso de «moralidad», y que las autoridades nacionales  pidieron en el 2008 «perdón» por la censura
   En casi todos los países del mundo existen leyendas sobre por qué sí o por qué no los rockeros de Liverpool llegaron -o no- a presentarse en vivo ante el público local. Pero la historia «israelí» de los Beatles tiene varios ingredientes interesantes.

   Al parecer, todo estaba arreglado para que el grupo de John Lennon, Paul McCartney, Ringo Starr y George Harrison se presentara en un estadio de Tel Aviv, en el verano boreal de 1965.

   Se había enviado una invitación a los representantes, y el grupo tenía todo listo para llegar al país. Sin embargo, debían contar con la aprobación de las autoridades de Israel, un país que, en ese momento, era muy austero, tanto en el terreno material como en el espiritual y religioso.

Cuando se pidió permiso a las oficinas pertinentes del gobierno, la llegada de la banda musical de los «melenudos» chocó contra una pared impenetrable.

   Algunas versiones apuntan contra nada menos que la entonces ministro de Relaciones Exteriores de Israel, Golda Meir, pero no existen pruebas de que la futura primera ministra estuviera al tanto de las gestiones para traer a la banda o de que siquiera conociera su existencia.

   Otras versiones afirman que el muro infranqueable fue el entonces ministro de Educación, el general general Yaakov Schneider, pero su hijo, el conocido dirigente político Yossi Sarid no se cansa de desmentirlo.

   «Hay una fábula que dice que mi padre impidió que los Beatles entraran a Israel», dijo hace unos años Sarid, entrevistado por el diario Yediot Ahronot. «Traté de investigar el tema y no encontré ninguna evidencia para apoyarla», aseguró el ex diputado, quien falleció en el 2015.

   Sarid se mostró resignado y comprensivo: «decidí que es una bonita leyenda, entonces, ¿quién soy yo para destruirla?», le dijo al diario.
Por eso, resumió la leyenda de la siguiente manera: «supongo que le dijeron a mi padre que los miembros de la banda tenían el pelo largo y tomaban drogas, y que seguramente corromperían a la juventud israelí».

   La síntesis de Sarid no estaba muy lejos de la realidad, ya que una reciente investigación mostró que habría sido un comité gubernamental que debía aprobar la utilización de moneda extranjera para traer artistas de otros países el que puso el candado final al concierto.  

«Este conjunto no aporta ninguna experiencia artística o musical sino un despliegue de sensualidad que despierta sentimientos agresivos repletos de estímulos sexuales», afirmó el comité al justificar el «no» a los Beatles.

   De todas maneras, no está de más tener en cuenta que, en aquellos años, pocos después de la fundación del país en 1948, las autoridades israelíes estaban más preocupadas por posibles guerras y por la economía que en la música moderna.

   Como explica Yarden Uriel, autor de dos libros sobre el grupo, «cuando la Beatlemanía arrasaba en el mundo, Israel era como un observador secundario que no participó en el juego real» de la revolución musical.

   En el 2008, mientras Israel se preparaba para celebrar un concierto de McCartney (Starr llegaría diez años después para también tocar en vivo en el país), las autoridades pensaron que era una buena ocasión para aclarar las cosas.

   Fue así que, en enero de ese año, una carta dirigida a los Beatles con vida y a las familias de los que ya no están afirmó que, «desafortunadamente, el estado de Israel canceló su actuación en el país debido a la falta de presupuesto y porque varios políticos en la Knesset habían creído en ese momento que su actuación podría corromper las mentes de la juventud».

   «No hay duda de que fue una gran oportunidad perdida evitar que personas como ustedes, que moldearon las mentes de la generación, vinieran a Israel y actuaran» en vivo, completó la misiva del gobierno.

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